Estimados
Amigos y seguidores de este sitio, para continuar con el tema País, iniciado a comienzos de
2016, con el Artículo sobre el Desafío Venezolano por la reducción de la renta
petrolera en 2015, seguido por los de
lecciones aprendidas y oportunidades de la crisis alimentaria nacional siglo
XXI en 2016 y de gestiones de los sistemas de gobierno autocráticos y
democráticos en el período 1945-2017, incluyendo propuestas para la
reconstrucción nacional siglo XXI en 2017, y el nuevo desafío nacional siglo
XXI del renacimiento de la democracia y el cambio de modelo de estado 2020-2030
del final de 2018 y edición al principio de 2019, queremos cerrar el ciclo con este Artículo
sobre los aportes que hicieron varias personalidades en distintos oficios y
épocas de la Venezuela que crecía aceleradamente, en los aspectos políticos, económicos,
jurídicos, sociales, ecológicos y educativo-culturales y de ciencia y
tecnología, con los aportes de personalidades venezolanas de la etapa de Consolidación
del Estado, en la primera parte del siglo XX (1899-1945), según [1],
con diversos perfiles
educativos y experiencias, quienes aparte de sus roles específicos, fueron más
allá de su área de competencia dando alertas del rumbo que se estaba siguiendo,
luego del período de Construcción de la
Democracia, en la segunda parte del
siglo XX (1945-2001), en el inicio de la
etapa de la democracia Representativa iniciada en 1945 y restaurada en 1958, e
incursionando en propuestas novedosas como solución.
Estas personalidades
fueron:
1. Juan
Pablo Pérez Alfonzo (1903-1979), Abogado,
profesor universitario,
político, funcionario
público y uno de los creadores de
la OPEP, Organización de Países Exportadores
de Petróleo, que tanto
influyó en el mundo en los años 1960-1980..
2. Arturo
Uslar Pietri (1906-2001), Escritor de amplia trayectoria, funcionario público incluso ante la UNESCO y
político, candidato a la
presidencia de la república en 1963 y comunicador en prensa y televisión.
3. Renny
Ottolina
(1928-1978), locutor, narrador, animador y productor de programas de radio y
televisión, pionero en publicidad y comunicación social y candidato a la
presidencia de la república en 1978.
4. Luis
Alberto Machado
(1932-2016), Abogado y Economista, funcionario
público, candidato a la presidencia de la república en
1993 y pedagogo internacional reconocido
por la UNESCO.
5. Antonio
Abreu (1939-2018),
Músico, Economista, Educador y activista político y creador y director del Sistema Nacional de
Orquestas, reconocido ampliamente por la UNESCO, por el gran impacto social de su obra.
De los más de 240 años de creación de la
República de Venezuela, como Capitanía General y luego de ardua lucha por su
independencia política desde 1810, que
corona en 1821 en Carabobo, cuando junto con Nueva Granada y Quito era parte de
La Gran Colombia desde 1819, se funda en 1830 como Nación soberana e
independiente el resto del siglo XIX y desde 1899, en la víspera del siglo XX,
se consolida como Estado hasta 1945, a partir del cual se inicia el período de Construcción
de la Democracia hasta el inicio del siglo XXI que estamos transitando [1]. Todos los citados personajes destacados fueron
testigos de los cambios iniciados en el período de Consolidación del Estado Federal
y de la expansión de la Sociedad Urbana y fueron actores protagonistas de
vanguardias en diversos campos, reconocidos nacional e internacionalmente y que
han dejado una huella como ciudadanos del mundo en su época y por ello, en
estos tiempos de turbulencia su ejemplo es una referencia para las nuevas
generaciones.
PRIMERA PARTE: DEL PAIS POBRE Y RURAL AL PAÍS RICO Y
DIVERSO
El inicio de siglo XX, siguió el país con cambios políticos desde la
víspera, al llegar los andinos al poder, desde Cipriano Castro, un militar que junto con Juan Vicente Gómez gobernaron
en Caracas y Maracay una nación desintegrada por el caudillismo gran parte del
siglo XIX, imponiendo el orden y respeto, restringiendo las libertades de una
generación de jóvenes estudiantes e intelectuales que estaba emergiendo de
universidades, que querían reformas sociales, muchos de ellos ingresados en prisiones
y torturados, mientras en el aspecto económico se vieron beneficiados debido al inicio de la exploración y explotación
petrolera por empresas de orígen anglo- holandés y norteamericano, respectivamente,
terminando el conflicto de principios de siglo por la deuda no cancelada con
varios países europeos por el pago de la deuda externa del siglo anterior,
iniciando así una etapa industrial básica por empresas extranjeras, en
detrimento de la agricultura nacional y sus productos de exportación, como el
café, el cacao, la caña de azúcar, y otros rubros que sostenían la economía del
país rural, de grandes fundos y haciendas, al mismo tiempo unificando la nación
por medio de un plan vial que hizo posible llegar a Caracas desde Ciudad Bolívar y Los Andes.
En ese tiempo nacieron y se formaron
en Caracas, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Arturo Uslar Pietri, los pioneros en la Venezuela petrolera del siglo
XX y sus consecuencias.
Más tarde, en 1939, militó en el Partido
Democrático Nacional (PDN), donde entabló amistad con Rómulo Betancourt. En
1941 accedió, por concurso, a la cátedra de Derecho Civil en la Universidad
Central de
Venezuela, que ejercería durante varios años. En
1941 participó en la fundación del partido Acción
Democrática, y entre 1945 y 1948 estuvo al frente del Ministerio de
Fomento.
Desde este cargo sentó las bases de la política
denominada de «No más concesiones petroleras»; implantó una reforma legal
mediante la cual se establecía una fórmula conocida mundialmente como el fifty-fifty (50-50), de reparto del excedente
petrolero entre el fisco nacional y las compañías concesionarias extranjeras.
A la caída del gobierno de Rómulo Gallegos, en
1948, fue detenido y expulsado del país. Vivió con su familia en Estados Unidos
y México. Al asumir la presidencia de la República, Rómulo Betancourt lo
nombró, en 1959, ministro de Minas e Hidrocarburos. Asistió en El Cairo, al
frente de la delegación venezolana, al I Congreso Petrolero Árabe, en el que
planteó la creación de un ente que sirviera de controlador de la producción
petrolera y regulase los precios del petróleo.
De esta proposición
surgió la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), constituida
en 1960, en Bagdad, con cinco países miembros: Arabia Saudita, Irak, Irán,
Kuwait y Venezuela. En el mismo año, por iniciativa suya, se creó la
Corporación Venezolana de Petróleo. Mantuvo su actividad pública hasta 1964 [2].
Pérez Alfonzo se
retira del gobierno y se aparta de la actividad política. El enlace entre el
presidente Betancourt y el Ministro Pérez Alfonzo era el Viceministro de
Petróleo, quien le hacía llegar cualquier documento al Dr. Pérez Alfonzo para
que lo suscribiera. Por sus esfuerzos dentro y fuera de Venezuela, algunos lo
han llamado el «Caballero Guerrillero».
Dimitió de la OPEP porque perdió la fe en ella, creyendo que la misma se dedicaría a
desarrollar los países pobres con el comercio justo de petróleo, por el
contrario la OPEP se dedicó a comerciar con los países desarrollados
que podrían pagar el precio que la organización impusiera.
Durante sus últimos años de vida, desde su
casa en Los Chorros, se dedicó al estudio de problemas que consideraba más
importantes que el petróleo, tales como la educación y salud de los
niños, el crecimiento demográfico en los países subdesarrollados, la corrupción de
valores causada por el exceso de divisas petroleras en el país, etc. Nunca pudo
dejar de preocuparse por los problemas del país, murió a los 76 años de edad,
debido a un cáncer del páncreas, en la ciudad de Washington D.C., Estados
Unidos, el 3 de septiembre de 1979.
Plan
propuesto por Pérez Alfonzo para cambiar la estructura fundamental de la
Política Petrolera impuesta en Venezuela a partir de 1953.
Los cinco puntos o
lados que conformaban el Pentágono de acción eran:
1) Participación
Razonable, debía estar 65% del Estado y 35% las concesionarias que seguían
prestando servicios.
2) Creación de una Comisión Coordinadora para la
Conservación y Comercio de los Hidrocarburos,
profundizar en estudios del
estado de la industria petrolera, coordinar entre órganos competentes en la
materia.
3) Corporación Venezolana de Petróleo, a permitirle
al Estado dar sus primeros pasos en la operación de las actividades petroleras.
4) No más concesiones, en apego a un crecimiento progresivo del Estado
en la
Operación
de las actividades petroleras con miras a una nacionalización de la industria
en el corto plazo.
5) Organización de Países Exportadores de Petróleo, era
el punto primordial en el ámbito internacional, que iba a permitir mayores
beneficios y fortaleza del petróleo venezolano en el mercado internacional, con
la unión de otros países exportadores, en contraposición a las políticas de
precios y condiciones que establecían las poderosas empresas transnacionales [3].
Conversaciones
sobre Temas Diversos:
En sus conversaciones
que sostuvo con el conocido locutor de radio Ivan Loscher, a mediados de los años 1970, sobre
diversos temas, como la OPEP, su vigencia a través del tiempo, el petróleo chino, el cual parece
tener un alto potencial en comparación con el norteamericano, por su menor
consumo interno, la inflación no fue culpa de los países de la OPEP
sino por los inmensos
gastos de los EEUU durante la guerra de Vietnam y el exceso de divisas por venta de petróleo
introdujo en Venezuela un facilismo por no ser producto de un esfuerzo propio
sino como recursos monetarios caídos del cielo. “El sentido de
justicia reclama que si uno tiene algo que vale mucho, aunque le vaya a causar
males, no lo regala a otro, sino que cobra su precio justo” [4]. El
efecto venezolano, es causado por un ingreso extraordinario de US$ 10.000 MM en
1974, para compra de artículos importados.
Desarrollo- bienestar, la
experiencia chilena, entre otros temas.
Los demás temas de interés general cubiertos por las sesiones de entrevista se
describen a continuación:
Agricultura y Educación.
Reforma Agraria:
¿Cómo cree Usted que deberíamos
comenzar una reforma agraria verdaderamente eficiente?
- En el Plan de Destrucción
Nacional dije: “La Reforma Agraria es el complemento inmediato y directo de
la emergencia social. La política sobre la materia tiene que ser
consistente y firme. No se puede hablar de la Reforma Agraria y fomentar al
mismo tiempo la propiedad privada en el campo.
- No se excluye de una vez al
empresario patronal no latifundista. Resulta absolutamente incompatible con
el concepto de la Reforma Agraria la ayuda oficial al empresario del campo que
utilice campesinos y trabajadores rurales asalariados.
- No expropiemos tierras a la loca,
solo porque así se hizo en otras partes. Sepamos antes qué uso darles, no sea
cosa que después las abandonemos, como ya nos sucedió.
¿Y el control de la propiedad pudiera
quedar en manos de los inversores extranjeros, o aun, en esta primera etapa,
buscar una participación mixta a través de particulares, el gobierno o los
trabajadores?
- Eso
es relativo y secundario, porque una vez que estén garantizadas de andar por
buen camino les decimos: “Bien, muchas gracias por sus servicios, pero ya no se
justifica que permanezcan aquí”. Y nacionalizamos sus empresas, tal como se
hizo con las compañías de electricidad extranjeras, las cuales sí estoy de
acuerdo en nacionalizar, pero no para entregárselas a CADAFE, sino al grupo de
trabajadores que allí labora.
- En
el caso de la administración de las empresas eléctricas, el mayor valor es
precisamente la administración en sí. Particularmente considero contrario a
los principios de cualquier socialismo la excesiva estatización, contraria
incluso a su última finalidad que es la desaparición del Estado.
Obras
de Infraestructura Agrícola:
¿Qué obras de infraestructura para el
campo consideraría Usted como vitales?
- En
primer lugar, las comunicaciones. No autopistas, sino vías que conduzcan a un
centro, donde haya el complemento de facilidades necesarias para los habitantes
de esas comunidades; un hospital, por ejemplo.
Por otra parte la electricidad sería conveniente, pues facilita una serie de
trabajos, permite leer de noche y es una gran ayuda.
Al hablar de transporte, quiere decir
preferiblemente tren? Qué porcentaje de la población deberá vivir en el campo?
- Sí. Esa
reducida movilidad de productos, de todo orden, no sólo alimenticios, debe
hacerse utilizando preferiblemente el tren y transporte por agua, combinados
con un transporte sencillo que, partiendo de cada comunidad sirva para llevar
hasta la estación ferroviaria o portuaria más cercana, todo aquello que deba
despacharse y retirar.
Educación:
Ahora creo que sí podremos hablar de
la educación, necesaria para la formación de este “hombre nuevo”, del cual
estamos hablando. Sin embargo, antes quiero comenzar copiando algo que Usted
escribió en el Plan de Destrucción Nacional:
- El
sistema de educación formal debe revisarse integralmente para irse combinando
al trabajo productivo. Se aprende para trabajar y producir, y trabajando y
produciendo se continúa produciendo.
- El rescate de
los menores abandonados y una calidad de vida mejor para todos resultaría
inalcanzable sin combinar el aprendizaje con el trabajo. Menores y mayores
lograremos mayor bienestar y conocimientos más firmes y aprendiendo a ser y a
hacer.
- En cuanto a las
profesiones superiores la situación es más grave y se va de mal en peor. Nadie
sabe qué hacer con las universidades y los doctores, ni en Venezuela ni en
ninguna otra parte. En EEUU, en Inglaterra y hasta en Suecia se precipita el
desconcierto.
- En la India se
ha llegado a proponer formalmente el cierre total de esas instituciones cada
vez más obsoletas. En cuanto a China, ya sabemos cómo anticipó los
acontecimientos con su Revolución Cultural.
- Como todo, el
aprendizaje se realiza en combinación con el trabajo, terminados los estudios
secundarios el campo abierto es lógicamente el trabajo. Los estudios superiores
o especializados son exclusivamente para quienes en el trabajo seleccionado compruebe
sus
propias facultades para continuar aprendiendo y profundizando conocimientos
especiales.
- Hay
que eliminar la idea de educar o instruir que lleva implícito el deseo de hacer
algo de ese hombre. Debemos dejar en libertad al niño o al joven de que vean lo
que hacemos nosotros, aquél y el de más allá, y que él mismo elija su camino.
El derecho de aprender es el que debe existir.
- Este
ciclo de 9 grados, que es parte de la reforma educativa nuestra, es absurdo,
pues ya está comprobada la no conveniencia de reunir niños de 5 o 6 años con
los de 14 o 15.
A grandes rasgos, ¿el
ideal sería buscar no el hombre especializado, sino el hombre integral?
- Sería lo ideal,
pero tampoco forzar a todo el mundo hacia tal meta, pues habrá gente con ganas
de especializarse en algo concreto. En todo caso, lo indispensable es que nadie
comiera de otro.
Fueron
sus padres Arturo Uslar Santamaría, de ascendencia alemana, y Helena Pietri
Paúl, descendiente de corsos afincados en el estado Sucre. Su bisabuelo
paterno, el general Juan Uslar, luchó en la guerra de Independencia, y su
abuelo materno, el general Juan Pietri, fue presidente del Consejo de Gobierno
en los inicios del régimen de Juan Vicente Gómez. Tanto su padre como su abuelo
fueron generales en el ejército venezolano [5].
Siempre
se ufanó Uslar de descender de luchadores por la Independencia de Venezuela y
servidores de la patria, y solía destacar la presencia en su tronco familiar de
un edecán de Simón Bolívar y de dos presidentes de Venezuela, Carlos
Soublette y Juan Pablo Rojas Paúl. Como representante del pueblo, fue electo diputado a la Asamblea
Legislativa en 1944 y senador en el Congreso Nacional por el Distrito Federal
(1958). Y como líder político presentó su candidatura a la presidencia de la
República en 1963, con el lema "Arturo es el hombre".
Obtuvo 16,1 por ciento de la votación nacional, porcentaje importante en un
régimen electoral como el venezolano, de mayoría simple en única vuelta de
escrutinio.
Uslar había estudiado
primaria y secundaria en el Colegio Federal de Maracay y en el Liceo San José
de Los Teques. Por su familia, vinculada a los círculos del poder gomecista,
pudo conocer de cerca el complejo entramado de pasiones que lo caracterizaba y
hacerse una temprana idea de la personalidad de Juan Vicente Gómez, el último gran caudillo
venezolano. Este conocimiento de primera mano le fue muy útil a la hora de
escribir relatos situados en esta época y, sobre todo, una de sus más notables
novelas, Oficio
de difuntos (1976).
En
1924 regresó a Caracas e ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad
Central de Venezuela. Cuatro años antes había comenzado a publicar sus primeros
textos en la prensa. En Caracas frecuentó asiduamente los círculos literarios,
donde trabó amistad con los escritores Fernando
Paz Castillo y Miguel
Otero Silva. Juntos fundaron en 1928 la revista Válvula,
en cuyas páginas encontró Venezuela un eco de las vanguardias europeas. Ese
mismo año, Uslar recogió sus primeros cuentos en Barrabás y otros relatos. Y también estallaron las
revueltas estudiantiles contra el régimen de Gómez que llevarían a la cárcel a
muchos jóvenes escritores: el citado Otero Silva, Antonio
Arráiz y Andrés
Eloy Blanco, entre otros. Arturo Uslar, hijo obediente
de una notoria familia gomecista, aceptó en cambio el cargo de agregado civil
en la legación de Venezuela en París, ciudad donde permaneció durante cinco
años. Sin el período parisino, muy posiblemente su destino literario habría
sido otro. La formación de su sensibilidad e intereses acabó de tomar forma al
contacto con escritores y artistas que conoció, como Paul
Valéry, Robert Desnos y André
Breton, o frecuentó, como Ramón
Gómez de la Serna, a cuyas tertulias en un cafetín de
Montparnasse solía asistir.
Sin solución de continuidad, Uslar regresó a una Caracas
provinciana y aletargada por la censura en 1934 y prosiguió su carrera
literaria. Publicó artículos y ensayos de crítica y reflexión sobre asuntos
literarios en la revista El
Ingenioso Hidalgo, fundada por él mismo con la ayuda de su primo
Alfredo Boulton y los escritores Julián Padrón y Pedro Sotillo. El 14
de julio de 1936, siete meses después de la muerte del "Benemérito"
Juan Vicente Gómez, publicó en el periódico Ahora el que habría de convertirse en su artículo
más leído y comentado: "Sembrar el petróleo". Allí levantaba
la voz para pedirle a los gobernantes de Venezuela que no despilfarraran el oro
negro, cuya explotación había comenzado a hacerse intensiva hacía
pocos años, y lo utilizaran para dotar al país de actividades capaces de
garantizar el sustento de sus habitantes. En este artículo exponía la creciente
dependencia de Venezuela del petróleo y
propuso que había que salir de ese esquema. Uslar Pietri declaró que había
que utilizar el petróleo no para pagar más importaciones,
sino para buscar nuevas fuentes de ingreso para el país y crear fuentes de
producción que contribuyesen a un desarrollo sostenido.
Los
títulos mismos que dio a su columna en este medio ("Pizarrón"),
así como posteriormente a los programas televisivos que dirigió y presentó
("Valores Humanos" y
"Cuéntame
a Venezuela"), delatan su inmenso afán didáctico. Paralelamente a
sus actividades políticas, periodísticas y estrictamente literarias, Uslar
ocupó diversas cátedras universitarias: las de Economía Política (1937-1941) y
Literatura Venezolana (1948) en la Universidad Central de Venezuela, y la de
Literatura Hispanoamericana en la Universidad
de Columbia, en Nueva York (1947). De 1945 a 1950 marchó al exilio a Nueva
York. Por supuesto, aprovechó su estancia en Estados Unidos para dedicarse más
a fondo a su obra literaria, y publicó la novela El
camino de El Dorado (1947), el libro de cuentos Treinta
hombres y sus sombras (1949) y los ensayos Sumario de economía venezolana y Letras y hombres de Venezuela, ambos en 1948. Pero
Uslar no perdonó nunca el golpe de mano contra el gobierno de Medina Angarita
perpetrado por la junta cívico militar encabezada por Rómulo
Betancourt y los "adecos".
Ello explica en buena medida su actitud
siempre crítica y distante con el poder durante el largo período de la IV
República (1958-1998). Durante este período aceptó sólo un cargo oficial, el de
representante
de Venezuela ante la Unesco, en París, a mediados de la década de 1970.
En 1983, cuando estalló la crisis del endeudamiento y se puso de manifiesto por
primera vez la hondura del quebranto económico del país, no se mordió la lengua
para señalar una de sus raíces más profundas: "Venezuela está cansada del viejo
y podrido disco de las promesas populistas con las que nunca ha podido salir
adelante. El populismo es, en una proporción inmensa, el causante de todos los
resultados negativos que hemos confrontado en estos años".
El
fallo del jurado del Premio Príncipe de Asturias, que le fue otorgado en 1990
por la novela La visita en el tiempo, reconoció en Arturo Uslar
Pietri al "creador de la novela histórica moderna en Hispanoamérica, cuya
incesante y fructífera actividad literaria ha contribuido señeramente a
vivificar nuestra lengua común, iluminar la imaginación del Nuevo Mundo y
enriquecer la continuidad cultural de las Américas". Uno de los miembros
del jurado, el novelista mexicano Carlos
Fuentes, juzgó que Uslar ha forjado "una concepción moderna
de la novela, ofreciendo las sombras y las luces del proceso histórico", y
que es el precursor de una concepción de la literatura en la que se reconocen
otros autores, como el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez [6].
Uslar Pietri y La Educación, al inicio de los 1980
Ese
fue el tema preferido de sus conferencias y ensayos sobre el acontecer
nacional, luego de su experiencia como funcionario nacional de alto nivel ante la UNESCO, dictando una conferencia ante
la Asociación Tribuna 83, titulada “La
Crisis de la Educación” [7], como
“el más viejo drama, el más padecido y
el más angustioso que los venezolanos hayamos conocido nunca”, la cual aborda los aspectos siguientes:
· La
Educación está en Crisis: “No solamente está en crisis en nuestro país.
No es una peculiaridad nuestra. Está
en crisis en el mundo entero. Yo vengo de pasar algunos años en lo que
pudiéramos llamar el centro neurálgico de los problemas educativos
del mundo, que es la UNESCO y allí pude palpar muy de cerca la dimensión
gigantesca del problema.”
· La
Masificación de la Enseñanza: La
primera es la masificación de la educación. Todos conocemos y es un lugar común
el fenómeno de la explosión demográfica,
que
la humanidad viene sufriendo en los últimos años, que hasta el año 1900 era un
crecimiento lento. Y pensemos
que la mera extrapolación de cifras anuncia que para el año 2000, que es pasado
mañana, puede haber en la Tierra, entre 6.000 y 8.000 millones de habitantes,
es decir, ocho veces toda la población del mundo que tuvo que formarse desde el
origen del hombre hasta el año de 1900. En
primer lugar, un problema que salta a la
vista, que es el problema de los costos. Una educación para todos, cuando todos se han multiplicado varias veces.
Y esto plantea problemas fiscales, de equilibrio de los gastos públicos, de
disponer de un personal para manejar esa inmensa muchedumbre que se agolpa a
las puertas de los institutos de enseñanza.
· La
Multiplicación de los Saberes:
El
otro aspecto es que estamos viviendo en un mundo donde ha ocurrido una
explosión del conocimiento. De multiplicación de las disciplinas del
conocimiento como el hombre no conoció nunca y que se traslada, como
consecuencia inmediata, a la multiplicación de las tecnologías, que suplen no solamente el trabajo humano sino el cerebro humano. Este aspecto complica
la situación muchísimo más que el aspecto cuantitativo. Pero el otro resultado de este aspecto es,
desde luego, un descenso de la calidad,
en la medida que el saber se ha hecho
más complejo. Por lo tanto,
estamos sencillamente en un desfase de lo que enseñamos para un mundo en el
cual vivimos y no nos estamos preparando ni estamos preparando a los jóvenes
para vivir en él.
· Las
dos Culturas: Las dos culturas que existen en el mundo de
hoy y que posiblemente son más de dos, que son la cultura humanística y la cultura
científica y se han estudiado maneras de tender puentes hasta donde fuera posible, cosa nada fácil, no
para crear hombres universales, que no podemos soñar ya ni en crearlos, sino
para formar hombres con una información
válida, más o menos general.
· Enseñanza
y Sociedad: ¿Para qué enseñamos? El problema se planteó a comienzos del siglo XIX hasta hoy y se ha ido agravando.
Desde la antigüedad ha existido la cultura oral, en la mayoría de la población,
que aprendía viviendo y la cultura clerical para ciertos artes y oficios, que
estaban relacionados con cortes monárquicas en la Edad Media y el Renacimiento
o en la Iglesia para la carrera eclesiástica. La primera revolución industrial
trajo las grandes aglomeraciones urbanas y entonces surgió en pleno el problema.
¿Cómo se reemplazaba ese aprendizaje de la experiencia vital? ¿Cómo podía
evitarse que hubiera un divorcio y una separación creciente
entre lo que la escuela enseña y lo que la vida es, la vida que rodea al niño
en el barrio, en la calle? [7]
Ese problema se ha ido
agravando cada día más y ha llegado a revertir aspectos graves y trágicos. Hay
quienes dicen que hoy día la educación en el mundo lo que hace es desarraigar a
los hombres, lo que hace es inadecuarlos para la vida, lo que hace es no
prepararlos absolutamente para incorporarse a ningún trabajo efectivo. Uno
podría preguntarse, por ejemplo, un bachiller que ya es un hombre que tiene que
tiene prácticamente 12 o 14 años de
escolaridad, al interrumpirse su educación a esa altura, ¿puede
incorporarse a la vida? ¿Tiene alguna posibilidad que ofrecer en el mercado de
trabajo?
· Escuela
y Anti-escuela: Yo pienso muchas veces que a un muchacho
que está al nivel de secundaria, por qué no se le puede enseñar
a escribir a máquina, por ejemplo, que siquiera sería una actividad que le
serviría para algo. No, se le enseñan nociones filosóficas, se le enseñan nociones
abstractas, se le enseña a memorizar hechos que no tienen ninguna aplicación
inmediata en su vida ordinaria, y desde luego, el abismo se acentúa y además se
le enseña de una manera aburrida, de una manera pesada, memorizada, que no lo
excita, ni lo incorpora ni forma parte de su vida. En cambio, la sociedad que
lo rodea tiene un atractivo gigantesco. El primer atractivo que tiene es que la
vida verdadera, que es la calle, el barrio, la familia, que es la televisión,
la radio, que es la pandilla. Todo eso tiene un poder gigantesco de atracción,
de despertar interés, porque eso es la vida y eso es lo contrario de la
escuela.
Esto ha llevado a la conclusión de que habría que ampliar el sentido
de la educación en el mundo entero. La UNESCO nombró una Comisión compuesta por
personalidades destacadas de todas las regiones culturales y geográficas, que
presidió el francés Edgard Faure y
publicó un trabajo que ha tenido mucho éxito y se llama “Aprender a ser”, ya la
escuela no puede estar enseñando nociones, sino que debe enseñar al hombre a
ser, a realizarse, a vivir y esto es
una realidad evidente y esto lo había hecho un venezolano iluminado 150 años
antes de la publicación de la UNESCO: nuestro Simón
Rodríguez, quien había dicho una frase: ha llegado el tiempo de enseñar a los hombres a vivir [7],
· Una
Educación muy costosa: Sería
bueno que ahora regresáramos en este panorama galopante al caso venezolano
concreto. La primera cuestión que
tendríamos que ver es que nuestra educación está resultando extremadamente
costosa. Debe ser en este momento una de las más costosas del mundo. El
presupuesto nacional vigente para el año 1980 llega a un total de 57 mil
millones de bolívares. Es una cifra monstruosa, gigantesca, nunca antes vista.
Ahora, de esa cifra, el gasto en educación presupuestado es de 8.934 millones
de bolívares, 9 mil millones en cifras
redondas, de esa cifra presupuestada, no ejecutada, la ejecución va a ser mucho
mayor, la educación universitaria se lleva 2.091 millones. Yo les voy a citar
una cifra, de la cual puedo dar fe porque fui Ministro de Educación de Venezuela
en 1940, y hace 40 años la población de
Venezuela era de 3 millones 800 mil
habitantes y el miserabilísimo presupuesto de Educación, da casi risa
nombrarlo, era de 22 millones de bolívares, para atender, desde el kindergarten
hasta la universidad. En 1980, 40 años
más tarde, tenemos 16 millones de habitantes y 10 mil millones de presupuesto
educacional. Esto quiere decir que mientras la población ha crecido cuatro
veces, el gasto educativo ha crecido
cuatrocientos cincuenta y cuatro veces.
· De
un Rendimiento Mínimo: El
año de 1980, ingresaron a las universidades 99.000 bachilleres, es decir,
100.000. ¿Con qué notas venían esos estudiantes de la secundaria? Venían con
estas notas que deberían abochornarnos a todos los venezolanos, que debían no
dejarnos dormir, que debían provocar en todos nosotros una revulsión para ver
qué está pasando detrás y con esto. Con calificaciones de 19 y 20, 3 estudiantes. No 300, no 3.000, ni
30.000. Sólo tres. Con calificaciones de 18, 275 estudiantes, con calificaciones de 16 a 17, 1.826 estudiantes, con calificaciones de 12 puntos, que son muchas
veces calificaciones de favor, 25.000
estudiantes, con calificaciones de 11, 43.000 estudiantes y con calificaciones de 10, que es una
calificación casi vergonzosa, 8.000
estudiantes. De modo que de los 100.000 estudiantes, más de 74.000 tenían
calificaciones iguales o menores a 12 puntos. Eso explica el por qué, según la
misma fuente oficial, de cada 100 inscritos en las universidades nacionales,
fracasa el 85 % y termina el 15 %. Esto es una tragedia. Esto es un des pi l
farro monstruoso, no so lamente de recursos de dinero, sino de recursos de
hombres. Y yo creo que la batalla del futuro para Venezuela, posiblemente la
estamos perdiendo a nivel de educación.
· Mitos
Suicidas: Aquí
hay unos mitos y unos conceptos errados que desgraciadamente han proliferado.
Uno de esos mitos es la llamada democratización de la enseñanza. Esa
democratización no puede ser que todo el mundo entre en la universidad, que
todo el mundo pueda obtener un grado. De lo que se trata no es de dar grados,
de lo que se trata no es de tener
grados, de lo que se trata es de saber.
De modo que la democratización tiene
que ser darle a todos oportunidades iguales, pero la oportunidad igual no puede
llegar a que el que toma el primer grado de primaria esté asegurado de llegar a
una universidad. Está asegurado de llegar si tiene las condiciones para llegar.
E l otro as pecto es de un curioso sentimiento a antielitismo. Se ha pensado
que todo lo que sea dar una educación especial a gentes con capacidad superior
es elitesco y eso hay que acabarlo. Esa es una monstruosidad [7].
· Repensar
la Educación: Yo
creo que estamos en el caso ineluctable de repensar la educación. Está el mundo
en el caso de repensarla. Y estamos nosotros mucho más urgidos de hacerlo. Esta
abundancia de recursos petroleros que en gran parte malgastamos, no va a durar
siempre. Ya estamos llegando casi al tope de la capacidad de producir divisas
petroleras de Venezuela. El porvenir
inmediato del mundo anuncia para dentro de 10 a 15 años una situación de
equilibrio.
Las fuentes alternas van a desarrollarse, de modo que Venezuela no
puede dormir plácidamente en la confianza de que va haber un flujo de divisas
petroleras que le permitirá no seguir dando la cara a las verdades, a seguir
cerrando los ojos ante realidades amenazantes, y continuar en este falso juego
de verdades a medias o de verdades convencionales. Ese repensar la educación
tiene que partir en primer lugar de la eficiencia del sistema. Contestarnos
franca y abiertamente, ¿para qué nos educamos? ¿a quiénes educamos? ¿y cómo educamos?
Trazarnos unas metas y unos
rumbos para el país que queremos hacer de
Venezuela, y poner la educación al
servicio de ese destino venezolano y de esa realización de destino nacional en
un mundo sumamente complejo que va a pedir de los países inmensos esfuerzos de
capacidad intelectual, y en un país como Venezuela, donde estas generaciones
nuevas van a afrontar las situaciones más riesgosas y peligrosas que ninguna
generación ha confrontado que es la situación post-petrolera, que ya está aquí,
que está tocando la puerta.
· Simón Rodríguez, Nuestro
Maestro: Simón
Rodríguez dijo, con una antelación verdaderamente espeluznante, con una anticipación
extraordinaria, qué era y qué debía ser la educación para estos países.
Desgraciadamente, en 150 años no se le ha oído, no se le ha hecho caso. ¿Y qué
decía Simón Rodríguez? Se anticipaba al problema de que era necesario utilizar
la escuela para crear la sociedad. Él no pensaba que se cambiaba la
sociedad con una revolución, con un hecho de violencia armada, él había
presenciado el más grande que ha conocido la América Latina que era la
Independencia y lo decía: “la Independencia está declarada pero no está fundada. Lo que
hacemos es una tregua, decía él.
Ahora tenemos que hacer pueblo, porque si no
tenemos pueblo, no tenemos independencia. Y no tenemos república. Eso se dice ahora, pero en 1828 no lo decía nadie. Luego
establece un nexo muy estrecho entre la escuela y la sociedad, porque para él,
la escuela era una manera de enseñar sociabilidad, es decir, enseñar a las
gentes a eso, a vivir en sociedad en un mundo moderno, a valerse por si mismos,
a ser útiles a los otros, a realizarse ellos y realizar el país, a no vivir
segregados en compartimientos estancos, frente a todos los hombres que en
América no pensaban sino en una manera de parecerse a los franceses o a los
norteamericanos, de traer inmigración euro pea masiva para que esa inmigración
nos transformara. ¿Nos transformara en
qué? ¿en europeos de segunda? Eso no era lo que pensaba Simón Rodríguez. Pensaba que teníamos que ser originales, y que a
través de la escuela teníamos que hacer lo necesario para colonizar el país
con sus propios habitantes [7 ].
Uslar Pietri salta a la arena de los acontecimientos, al final
de los 1980
En
medio de la conmoción creada por la ola de violencia de la última semana de
febrero de 1989, cuando surgen acusaciones y contra-acusaciones de
responsabilidades, Arturo Uslar Pietri
salta a la arena para advertir que no estamos en momentos de buscar chivos
expiatorios sino de aprender la lección y aplicar soluciones [8].
Uslar
tiene su interpretación y su explicación de las causas de la crisis económica
nacional, frente a la cual no concibe la idea de que podemos continuar tapándonos los ojos. Recuerda las veces en
que, en medio de la riqueza petrolera provocada por el precio del petróleo a 34
dólares por barril, él hizo advertencias y recomendaciones para una
reordenación del modelo económico, pero nadie hizo caso.
-¿Cuál
es su interpretación de los sucesos vividos en el país?
Este
tipo de acontecimientos, de explosión social que se han registrado en Caracas y
algunas ciudades de Venezuela, no tiene antecedentes en la historia del país.
En este siglo, en las épocas en que ha habido cambios violentos de régimen
político, hubo episodios de saqueos pero generalmente dirigidos contra
políticos, contra personajes que se consideraban responsables de la situación
que había sido derrocada.
-¿Por qué ocurre esto?
Porque colapsó
hace tiempo un modelo de aparente crecimiento económico insostenible. Cuando
comenzaron a subir los precios del petróleo y a crecer la economía petrolera de
un modo muy importante, esto le planteaba al país problemas. Yo dije, cuando
empezaron apenas a asomar los precios del petróleo, que había que sembrar el
petróleo. Con eso yo quería decir que no deberíamos coger ese dinero para
gastarlo alegremente, sino para fomentar una economía próspera y sólida, distinta
del petróleo.
-¿Cuáles,
en su opinión, son las mejores soluciones en este momento?
En
este momento no hay solución fácil porque los problemas son múltiples y de
muchas clases. La única solución a la
que no podemos ocurrir es a la vieja solución de toda la vida: del subsidio.
Que el gobierno nos dé dinero, que el gobierno nos aumente el sueldo, que el
gobierno… Precisamente eso es lo
que no podemos hacer, primeramente porque no hay dinero y, en segundo lugar,
porque lo que haríamos seria agravar el mal, porque eso es básicamente el
inicio de un proceso inflacionario incontenible. Eso es lo que ha pasado en
Argentina, Uruguay, en Perú, en
Brasil.
-¿Cómo
vio Usted la suspensión de las garantías constitucionales?
Era
necesario hacerlo. Acabamos de ver unos días terribles. Si no se hubiese hecho
algo, Caracas hubiera quedado destruida.
Eso es evidente, habría que tomar medidas
drásticas,
suspender las garantías y buscar a cualquier precio el restablecimiento del
orden público. Era algo perentorio.
Breves de Arturo Uslar Pietri sobre Política y Pizarrón en los años 1990
· Comando de Crisis para superar la
coyuntura Económica (1995): A riesgo de inaugurar el
terrible pelotón de fusilamiento que ya decretó el presidente Caldera, Uslar
calibra la crisis económica actual de Venezuela y las acciones del gobierno
para superarla, en los siguientes términos: “andamos buscando, como ciertos
obesos, un médico que nos quite la obesidad pero que también nos permita comer
todo lo que nos dé la gana”. Con la certeza de que no habido rectificaciones
certeras, propone acudir a un médico serio, no a los curanderos, y la creación
de un comando de crisis que identifique los problemas y diseñe un plan que
permita salir de la coyuntura
[9].
· Lo primero
que lamenta Uslar es la desinformación sobre la gravedad de la crisis
económica, cosa que, en su opinión, se ha ignorado por completo en el presente
proceso electoral. A estas alturas estamos viviendo una situación insostenible.
La inmensa mayoría del país ignora lo que eso significa. La gente no sabe la
magnitud de la crisis que hay en Venezuela. Sabe que suben los precios pero no
el por qué. Todos los que están en la calle pidiendo que les suban el salario,
lo que piden es que les suban los precios pero ellos no lo saben.
· Para
Arturo Uslar Pietri, la inexistencia de una oposición en Venezuela ha
favorecido la situación que vivimos actualmente. De allí la falta de relevo,
dice, y de un liderazgo que permita vislumbrar un futuro cierto. “Nadie se sale
del gobierno”. Cuestiona el hecho de que no se hable con la verdad y asegura
que la crisis financiera sigue en pie, ”pero el país no lo sabe porque no se han
puesto las cartas sobre la mesa”.
· Por
eso insiste en la necesidad de que la gente capaz se reúna con el gobierno para
delinear las acciones, llamar las cosas por su nombre y acabar con lo convencional. “Los
venezolanos tenemos muchas cucarachas en la cabeza, de modo que lo primero que
hay que hacer es inventar un “flit” cerebral para matarlas.
· El Estado fracasó pero nos salvará el
trabajo (1996): El país está sometido a una situación de frustración y de ineficacia que nunca se había presentado con
tanta magnitud, extensión y fuerza. Lo que está planteado es un cambio de
rumbo, en el concepto de nación y en el concepto del Estado. Después de haber
llovido sobre Venezuela prodigiosas cantidades de dinero, más de la mitad de la
población vive en pobreza crítica, suficiente para reconocer la inmensa
catástrofe ocurrida [10].
· Los
venezolanos conocemos muy mal nuestra historia. Desde sus comienzos Venezuela
fue un país pequeño. Pero ese país pequeño y pobre se lanzó a la más gigantesca
empresa: la independencia de la América Latina. La idea de Colombia, por
supuesto, fue una invención venezolana que nos lanzó a la más larga, costosa y
destructiva guerra de independencia en la historia de América Latina. La
independencia es el único bien que hemos ganado al precio de todos los demás.
· Nuestro siglo XIX fue de guerras civiles, de
anarquía generalizada y de caudillismo localista. Páez separó el actual
territorio de La Gran Colombia, peno no podía hacer una nación por decreto. En
el siglo XIX surgieron tres caudillos sucesivos: Páez, en primer lugar, en
1830, Antonio Guzmán Blanco, en 1873 y Juan Vicente Gómez, en 1903, año en que
acaba con la última guerra civil y trae la paz, una cosa que parecía
verdaderamente mitológica, y organiza el Estado venezolano.
· Sobre este país mal constituido, mal
solidificado, pobre y atrasado brotó una de las más grandes riquezas que el
mundo ha conocido. Un verdadero cuento de hadas. De un presupuesto nacional
inferior a los 50 millones de bolívares a fines del siglo XIX, pasó en 1930 a
100 millones de bolívares y de un millar de millones en la época de Pérez
Jiménez. De repente, ese país a partir de 1973 empieza a vivir un verdadero
cataclismo económico. Los precios del petróleo, que nunca eran más de 2 dólares
y medio por barril, sobrepasan los 25
dólares y hasta 30 dólares, o quince veces el precio original.
· El Estado sustituyó a la Nación. Todo el país
quedó intervenido y todo el país fue subsidiado. Un aparato burocrático que es
de los más grandes del mundo, de los más costosos y más ineficaces, pero se las
ingenió para contraer la deuda externa de 40 mil millones de dólares y una
gigantesca deuda interna, cuyo servicio se lleva el 40 % del presupuesto
nacional. Nosotros representamos la paradoja única de una nación que vive del
Estado.
· ¿Cómo cambiar, cómo superar la crisis, para sobrevivir? Aquí lo que se necesita es enseñar a los
venezolanos a trabajar, a crear una mentalidad productiva, hacerle ver a la
gente que el Estado puede rectificar, pero que la riqueza no es una torta que
alguien reparte dando unos pedazos
grandes a unos y los más chiquitos a otros, sino que la riqueza, como lo
dijo Adam Smith hace dos siglos, es el resultado del trabajo de una
nación. Mientras el trabajo de los venezolanos no sea productivo, no habrá
riqueza que distribuir sino renta petrolera. Todavía esperamos una solución
mágica, pero la única salida es trabajar [10].
· Pizarrón:
La paradoja y el desafío de
Venezuela (1996): Casi todos los males sociales, políticos,
culturales y económicos que la afectan tan dramáticamente y que han desembocado
en la muy grave crisis actual tiene su causa fundamental en la desproporcionada
riqueza petrolera que surgió en el país, particularmente en el último tercio
del siglo. Es la forma en que esa riqueza ingresó al organismo nacional y las
deformaciones antieconómicas que produjo [11]
· El
país atrasado y pobre que había sido Venezuela en casi toda su existencia, sin
haber sufrido ningún progreso sensible ni en su manera de producir, ni en su
juego de valores, fue el súbito e inesperado teatro del surgimiento de una
inmensa riqueza que nada tenía que ver con la realidad económica, política y
social de su población. .
· Circunstancias
históricas que no voy a calificar, llevaron a dominar en el escenario político
del país en todos esos años decisivos hasta nuestros días a sectores que no
tenían una visión realista del desarrollo del país sino una visión estatista,
intervencionista y socializante, que facilitó que todos los aspectos negativos
que aquella riqueza podía tener, se desarrollaran sin límite y que al final de
ese tiempo, en lugar de tener un país desarrollado, tuviéramos un país
desintegrado, pobre, atrasado, con inmensas fallas de educación y de
infraestructura, con algunos de los peores servicios públicos del mundo y con
un Estado cada vez más rico, más dispendioso y más independiente del trabajo
nacional.
· El inmenso desafío de Venezuela es, precisamente,
el de resolver de manera pronta y eficaz la paradoja insostenible del Estado
rico en el país pobre.
· Pizarrón:
Las cuatro Venezuelas (1997):
Los
venezolanos conocemos mal nuestra historia. La poca que se nos enseña está muy
deformada. La evocación del extraordinario aporte de los venezolanos a la
Independencia de la América del Sur la domina desmesuradamente. Los tres siglos
del régimen colonial se reducen a un superficial recuento de luchas de caciques
indígenas, de busca de El Dorado y de pobreza y aislamiento [12].
· Habría
que repensar la historia de Venezuela desde el punto de vista de cuatro grandes
etapas de crisis y transformación, que producen grandes cambios en su realidad
social y económica y en su mentalidad colectiva.
· La primera,
sin duda, es la de la larga etapa colonial, de tres siglos, que van, en rigor,
desde la llegada de Colón, en 1498, hasta la irrupción de la Independencia, en
1810. Son trescientos años de la mayor importancia, en los que se crean las
formas fundamentales de vida, las concepciones colectivas, instituciones y
costumbres, mitos y creencias, sin perder de vista que Venezuela es la nación
latinoamericana que se integra más tardíamente, que durante casi todo el
período colonial careció de un nombre para todo el territorio, al que se le
llamaba Costa Firme o Tierra Firme y que sólo en 1777, cuando se creó una
jurisdicción central que abarcó todo el territorio actual, con la proclamación
de Capitanía General de Venezuela, con sede en Caracas.
· La
Guerra de Independencia de Venezuela fue la más larga de la América Latina.
Duró prácticamente veinte años. También fue la más costosa y destructiva porque
desaparecieron con ella todas las estructuras de la economía y de la sociedad,
para proclamar el régimen más revolucionario de libertades y derechos del que
los venezolanos no tenían ningún antecedente. El precio que pagó Venezuela por
esa inmensa contribución se hizo sentir negativamente por más de un siglo de
anarquía y caudillismo, de inestabilidad de guerra civil.
· Esta
es, precisamente, la que podría llamarse la segunda Venezuela histórica,
que se caracteriza como un país pobre y atrasado, sumergido en perpetua guerra
civil y en el atraso económico y social. En esa larga etapa de la segunda
Venezuela surgen las figuras de tres caudillos pacificadores e integradores:
Páez, Guzmán Blanco y Gómez. Es en ese marco de la Venezuela atrasada y
caudillista que se descubre la riqueza petrolera contenida en el subsuelo y que
comienza la inmensa transformación, mal concebida y mal dirigida, enteramente
en manos del Estado.
· El
Estado se hizo inmensamente rico y locamente dispendioso y la nación cada vez
más dependiente y subsidiada, con inmensas consecuencias políticas, mentales y
sociales. Fue la tercera Venezuela. Era evidentemente insostenible ese
gigantesco gasto público y ese protagonismo casi total del Estado en todas la
formas de la vida nacional.
· Vino
inevitablemente, la etapa de los déficit presupuestarios y de las devaluaciones
monetarias, que desembocaron en una enorme crisis en la que lo que está
planteado es un cambio a fondo de la estructura política y social del país para
abrir la cuarta etapa de su historia, la cuarta Venezuela, que no sería
otra que la que logre, hasta el grado mayor, independizar la nación del
monstruo del Estado y echar las bases para un
verdadero desarrollo nacional sustentable y seguro, que abra el camino para
independizarse del parasitismo petrolero. Hacer todas las rectificaciones y
enmiendas, cambiar los patrones de vida y de conducta y hasta la mentalidad
colectiva es el desafío que hoy le plantea a los venezolanos el surgimiento
inaplazable de la cuarta Venezuela [12].
· Pizarrón:
Venezuela y
el Hidrógeno (1997): Venezuela depende de la explotación petrolera en un grado gigantesco. Toda la economía
y la vida social y política del país dependen de esa inmensa fuente de riqueza
que está en manos del Estado. Esto expresa claramente la temible vulnerabilidad
de la vida económica y social de este país [13].
· Si
por alguna circunstancia, no difícil de prever, el volumen de la explotación
petrolera descendiera siquiera un diez por ciento, Venezuela caería en una
crisis económica y social sin precedentes.
· En
lugar de poner toda su atención en la corrección de esa incidencia, los
gobiernos sucesivos del “boom” petrolero se dedicaron a gastar esos ingresos en
la creación de un aparato burocrático que hoy agobia y empobrece al país.
Venezuela se convirtió en una nación estatista y casi totalitaria, que logró el
resultado absurdo de que mientras más crecía el ingreso público, más crecían el
atraso, la pobreza y la marginalidad.
· La responsabilidad de los gobiernos que ha
tenido el país en el último cuarto de siglo es gigantesca. Lo que creció fue el
estado monstruoso que hoy tenemos, la inmensa burocracia improductiva y el
clientelismo político. Después de
malgastar 270 mil millones de dólares como consecuencia del alza mundial
de los precios del petróleo, Venezuela presenta hoy un cuadro de atraso y de
pobreza desolador. Más de la mitad de la población está en estado de pobreza
crítica y la dependencia entera de la vida nacional del gasto público no ha
hecho sino crecer desmesuradamente.
· La
noticia que publicó la revista inglesa “The
Economist” (25-31 octubre de 1997) anuncia que podríamos estar entrando en
las vísperas de una nueva era de la producción de energía. Después de la Era
del Carbón, hemos vivido en la Era del Petróleo, de la cual Venezuela ha sido
favorecida con yacimientos gigantescos, para entrar ahora en lo que ya se llama
la Era del Hidrógeno. Todos los pronósticos apuntan hacia el hecho de la
creciente importancia de la producción de energía a base de una fuente
prácticamente inagotable, como es el hidrógeno. Esta es una noticia que debería
tener amplia consideración en este país y servir de base a un gran debate
nacional sobre el presente y el futuro de Venezuela.
· Pizarrón:
La dimensión de un fracaso
(1998): En muchos sentidos, podría considerarse Venezuela el país
de las ocasiones perdidas. Es
evidente, que en el último medio siglo, muy pocos países del mundo han tenido
las inmensas oportunidades de desarrollo y de progreso que ha tenido este país.
Si se compara el estado actual de la nación, de pobreza, de atraso y de falta
de rumbo, con el monto astronómico de los recursos financieros de que ha
dispuesto, la conclusión no puede ser otra que la de
reconocer el hecho doloroso de un gran fracaso nacional.
· La
mera consideración de las cifras descomunales de que han dispuesto los
gobiernos de este país en los últimos años, contrasta con la situación de
miseria que padece la mayoría de la población y constituye la más grave
acusación sobre la incapacidad de la clase dirigente del país para manejar esa
riqueza, producida por un hecho de la naturaleza y que nada ha tenido que ver
con la capacidad gerencial de los sucesivos gobiernos.
· Si
hubiera habido un mínimo de buen sentido, si se hubiera elaborado un proyecto
razonable para “sembrar el petróleo”, Venezuela debería ser hoy uno de los
países mejor desarrollados, más sólidamente estructurados y más prósperos de la
América Latina. Sin embargo, no lo es y no solamente hemos malgastado
alegremente el dinero que debía destinarse a construir una nación moderna, sino
que hemos creado un Estado inmensamente interventor, ineficiente y torpe. No
hemos tenido un proyecto nacional, lo que constituye la más grave acusación que
se pueda formular contra los gobiernos que dilapidaron la gigantesca riqueza
petrolera del país [14].
RESULTADOS
DE LAS ADVERTENCIAS DE PEREZ ALFONZO Y USLAR PIETRI
Los personajes de ese primer
período del siglo XX con sus diferencias de formación y oficio, uno abogado y
político de izquierda de la generación de 1928 y otro intelectual, novelista y
ensayista y gran comunicador en temas de historia, política y educación, que
alternó como funcionario de gobiernos autocráticos cuando aún no había asomado
la democracia, expresaron en su tiempo serias críticas por la forma como se
estaba manejando la inmensa riqueza por ingresos petroleros sin que los
gobiernos democráticos de turno invirtieran los inmensos recursos
presupuestarios en obras que generaran riqueza permanente en áreas
tradicionales y nuevas, pues la experiencia de la minería y los campos
petroleros eran riquezas temporales que no dejaban un progreso general en educación,
nuevos negocios y prosperidad general, sino más pobreza, insalubridad y gente
sin educación alrededor de las áreas de producción petrolera de aquel entonces.
Uslar enunció al final de los años 1930 su famosa idea de la siembra del
petróleo, cuando estaba iniciando el país el rumbo de nación petrolera.
Luego,
en la etapa del tercer presidente de su partido anteriormente revolucionario, ante el
embargo petrolero árabe y el conflicto árabe-israelí, Pérez Alfonzo criticó fuertemente el
desarrollo del “capitalismo de estado” y de “La Gran Venezuela” que se estaba
alimentando de un “plan de destrucción nacional” que no iba a beneficiar a la
población en general sino devorando loa ingresos en favor de una nueva clase
social sin esfuerzo propio, al contrario de sus modelos de países como los nórdicos
o escandinavos y de la China.
Mientras que Uslar criticó en su retiro desde los años 1980 y 1990 todo el
derroche, improvisación causada por los gobiernos centristas de uno y otro
color, que no resolvieron ninguno de los problemas crónicos de la Sociedad y
fue testigo del inicio de la diáspora de ciudadanos desde los años 1990
Uslar
fue un pedagogo que desde su columna dominical en la prensa nacional y desde su
programa “Valores Humanos” por un conocido canal de televisión nacional,
mostraba la vida de personajes de la historia universal que mucha gente
ignoraba en ese ambiente de ofertas populistas que fascinaban a la gente de
pocos recursos que llegaban a las
grandes ciudades en búsqueda de mejores condiciones de vida. Queda a las nuevas
generaciones releer los ensayos de este gran escritor y ensayista interpretar
sus mensajes que en su mayoría no fueron seguidos por sus antecesores del país
“rico”.
Referencias:
[1]
Tulio Hernández. “Rostros y Personajes de Venezuela”,
Diario El Nacional / Funtrapet, Caracas, 2002
[4]
Ivan Loscher, Juan Pablo Pérez Alfonzo. “Alternativas a la
Imposibilidad de Sembrar el Petróleo”,
Editorial Debate, Colección Actualidad, Director: Sergio Dahbar, 2010, Caracas
[7]
Arturo Uslar Pietri. “La
Crisis de la Educación”, Diario El Nacional, Cuerpo C, pág. C-1 y
C-4, Domingo 10 agosto de 1980, Caracas.
[8]
Ricardo Escalante. “Arturo Uslar Pietri: Lo
peor que podemos hacer es buscar chivos expiatorios”, Diario El
Universal, pág. 1-12, Lunes 6 de marzo de 1989, Caracas
[9] Luisana Colomine. “Es
necesario crear un comando de crisis para superar la coyuntura económica”,
Diario El Nacional, pág. D-1, Sección Política, Domingo con..,pág. D-1, 3 de diciembre de 1995.
Caracas.
[10]
Ramón Hernández. “Arturo Uslar Pietri: El Estado Fracasó pero nos salvará el trabajo”,
Diario El Nacional, Sección Política, El País como Oficio, pág. D-1, Domingo 12
de mayo de 1996, Caracas.
[11]
Uslar Pietri, Arturo “Pizarrón: La Paradoja y el desafío de
Venezuela”, Diario El Nacional, Sección A, Opinión, página A-6,
Domingo 8 de septiembre de 1996, Caracas.
[12]
Uslar Pietri, Arturo “Pizarrón: Las Cuatro Venezuelas”, Diario
El Nacional, Sección A, Opinión, página A-4, Domingo 12 de enero de 1997,
Caracas
[13] Uslar Pietri, Arturo “Pizarrón: Venezuela y el
Hidrógeno”, Diario El Nacional, Sección A, Opinión, página A-4,
Domingo 2 de noviembre de 1997, Caracas.
[14]
Uslar Pietri, Arturo “Pizarrón: La dimensión de un fracaso”,
Diario El Nacional, Sección A, Opinión, página A-4, Domingo 4 de enero de 1998,
Caracas.
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