lunes, 1 de mayo de 2017

VIAJE DE VACACIONES DE VERANO DE 1984: EUROPA MERIDIONAL. PARTE 2: GRECIA

Estimados Amigos y seguidores de Senderos de la Actualidad y de Siempre, siguiendo con el viaje de vacaciones que cruzó los Alpes franceses e italianos, el mar Adriático y los territorios de los países que componen la República Socialista Federativa de Yugoslava hasta llegar a la Macedonia griega, comienza esta Segunda Etapa del viaje para atravesar las montañas del Norte de Grecia, llegar a Atenas, la cuna de la civilización occidental y de allí ir hacia las islas Cícladas del mar Egeo (hijo del Mediterráneo), con una reservación de paquete turístico pagado desde el mes anterior a través de la OTU. De nuevo, tengo que programar el viaje para conocer previamente los monasterios alrededor de las montañas Meteoras y conocer sitios de interés en Atenas. Grecia es un país de mucho interés turístico y no solo por Zorba El Griego que popularizó Mikis Theodorakis, sino el actor Anthony Queen. Es un reto desde el punto de vista lingüístico por ser una lengua madre poco afín con el latín y base de lenguas latinas como el francés.

De la parte 1 del viaje por Italia y Yugoslavia se extraen los contrastes entre el nivel de desarrollo del Norte italiano (Torino, Milano, Venezia, Bologna) y la pobreza del Sur a las orillas del mar Adriático (Pescara, Foggia, Bari, Lecce) y en el interior de los países que conforman la república socialista del Mariscal Tito (la rica Croacia, las pobres Serbija, Montenegro, Kosovo, Macedonia), la diversidad de los pueblos eslavos no significa una integración sino una creciente inestabilidad política por los diversos orígenes de los pueblos europeos y de ascendencia autocrática. La figura de Tito era la que mantenía la paz de los países de Yugoslavia. Hasta ahora la parte más oriental que he conocido era Skopje, donde las mezquitas con sus minaretes abundaban por doquier.


Grecia se escribe en alfabeto autóctono ƩΛΛAƩ  o Hellas en el alfabeto latino, siendo el mes de julio, Ioùλioς y el mes de agosto, Aüγouστoς.  Para poder desenvolverme a partir de ahora, debo aprender lo básico del alfabeto y vocabulario griegos con la ayuda de “Le Guide du Routard” [2], dado a continuación:

Alfabeto Griego
Mayúscula
minúscula
Mayúscula
minúscula
Mayúscula
minúscula
Mayúscula
minúscula
A
α
B
β
Γ
γ
Δ
δ
E
ε
Z
ζ
H
η
Θ
θ
I
ι
K
κ
Λ
λ
M
μ
N
v
Ξ
ξ
O
o
Π
π
P
ρ
Ʃ
ς
T
σ
Υ
υ
Φ
φ
X
X
Ψ
ψ
Ω
ω

De allí pude comprender el equivalente de la “f” latina en griego es φ (phi) pero no supe cuál era el de  la “j”  ni menos el de la “q”.

 Vocabulario básico Griego y su equivalencia [2]:
Espaňol
Griego
Espaňol
Griego
Buenos Días
Kalimera
Buenas Noches
Kalispera
Hola!
Yassou
¿Cómo está?
Ti kanis?
No
Ochi
¿Dónde?
Pou?
¿Cuánto?
Poso?
Por favor
Parakaló
Gracias
Efcharisto
Hoy
Simera
Maňana
Avrio
Estación
Stathmos
Calle
Odos
Agua
Nero
Adiós
Cherete
No comprendo el griego
Den katalaveno hellinika


Jueves 26 de julio de 1984, 8:00 a.m.: Luego de cambiar dinero francés  por dracmas, salí de la Estación (Stathmos) a conocer los alrededores y comprar champú y crema de afeitar. Por la misma avenida de la estación ferroviaria hay  varios monumentos  e iglesias (Figuras 1 y 2). Regresé para darme un baño, me ofrecieron un cubículo como sanitario, con los dos pies marcados como un urinario y una manguera y me pareció demasiado incómodo y decidí utilizar un lavabo para afeitarme y lavarme la cabeza. Después de ordenar mi maletín de viaje, salí del terminal para almorzar, pero no me había dado cuenta que no tenía las llaves del maletín. Luego de varias vueltas hice limar uno de los candados y ahí estaban las llaves, debiendo comprar otro candado, para finalmente ir a comer.
 
Figura 1: Puerta de Galerio, monumento del Siglo IV  en Thessaloniki, figuras en relieve que representan un hecho importante y detrás  (der.), la iglesia cristiana ortodoxa La Rotunda

                                            
                Figura 2: Torre Blanca, vestigio de las fortificaciones de esta ciudad marítima en el siglo XV.

Luego salí a conocer el museo arqueológico de Thessaloniki, el cual es bastante completo. Hay esculturas, joyas, vasijas, cofres (Figura 3) muy antiguos, desde el 550 A.C. hasta el siglo XVIII. Los restos de Philip I y sus pertenencias, sacados de la tumba en Vergina, se encuentran allí. El carnet internacional de la ISIC, expedido por la  OTU (Organisation pour le Tourisme Universitaire) en el Campus de Saint Martin d’Hères (Figura 4,) a lo largo del viaje me ha servido para acceder a museos y galerías a mitad de precio y en algunos establecimientos de hospedaje y agencias de turismo. 


                                       

                    Figura 3: Fotografía de boleto del museo Folklórico y Etnológico de Thessaloniki con 
                                                               muestras de objetos y utensilios antiguos


                                                  

                               Figura 4: Foto del carnet de turismo OTU el cual es fundamental para alojamiento y
                                                                      Servicios a precios económicos

Seguí caminando por las calles del centro de Thessaloniki (cercanas al mar) y luego fui a la estación ferroviaria “Stathmos” a tomar un tren a Larissa (ΛAPIΣA), al Sur de esta ciudad y en la vía hacia las montaňas de Meteora, según ruta mostrada en Figura 5.   El recorrido es de 151 km (menos de 2 horas de viaje).

Primera Etapa: Thessaloniki-Larissa-Meteoras

En el tren estaba en un compartimiento con una muchacha griega que hablaba un poco de inglés y de francés y unas señoras griegas. Aprendí unas cuantas palabras en griego, las señoras al lado estaban gozando un puyero. Además la muchacha me ayudó a hacer el programa de visita a las Meteoras al día siguiente. En el primer día de visita en Grecia, he notado que la gente es muy amable y simpática. El tren tuvo un retraso de 40 minutos, llegué a casi las 10 de la noche. Conseguí un hotel al frente de la Stahmos, pues estaba muy cansado como para seguir buscando. La cocina griega es simple y sabrosa. Hay una carne combinada que se llama moulaki. El calor de esta ciudad es sofocante, pero el dueño del hotel me aseguró que iba a dormir bien. 


                                                  


 Figura 5: Ruta ferroviaria y carretera desde Thessaloniki hacia Larissa (Thessalia), pasando por Katerini. A pesar del tamaño del mapa, Grecia es un país  pequeño, comparado con la república  federativa de Yugoslavia 


Viernes 27 de julio de 1984: Por la mañana salí temprano a guardar el equipaje en la Stathmos (Στaθμóς), luego fui a una estación de combustible donde hay una parada o terminal de autobús hacia Trikala (TPIKAΛA), ahí tomé el desayuno: una pequeña taza de kakao, pues no había ni leche ni chocolate y el kaφe (café) me cae mal. En Grecia es típica la bebida de café con agua fría, servida en vaso normal. El autobús tarda un poco más de una hora (son 63 km) y deja y recoge pasajeros en la vía.

En Trikala tomé otro autobús haca Kalambaka (KAΛAMΠAKA) la cual está a solo 22 km y desde allí se puede llegar a las Meteoras y monasterios (Figura 6). Almorcé allí en el restarurant “METEΩPA”, donde la señora que me atendió sabía un poquito de español. La comida estuvo buena y barata.  Aquí en Grecia la cerveza es servida en botella de medio litro, al igual que en Yugoslavia. Desde acá se pueden ver las montañas de Meteora, me recuerdan los tepuyes del parque nacional Canaima en el Estado Bolívar. Parecen un paisaje lunar o de otro planeta (Figuras 7 y 8).  A la 1 pm llegó el autobús con rumbo a las Meteoras, donde hay ocho (8) monasterios cristianos ortodoxos griegos. 

                                     
        Figura 6: Ruta de carretera y  transporte en autobús hacia Trikala y Kalambaka




Figura 7: Foto de postal de las montañas de Meteora en Otoño que se consigue en ventas   de objetos de recuerdos en Kalambaka



Figura 8: Vista de monasterio en el tope  de la montaña, lo que muestra la  Intención de aislamiento del mundo  Exterior de los religiosos griegos

Es una belleza impresionante! Única! Entré a uno de los monasterios más importantes, después de subir innumerables escalinatas y esperar a que lo abrieran. Es el monasterio conocido como Meteorón o de la Transfiguración (Figura 9).    



Figura 9: Vista del monasterio Meteorón o de la Transfiguración, en el tope de una  de las montañas Meteoras

Salí del monasterio y me fui caminando por la carretera en dirección Oeste para ver y admirar todas esas formaciones extrañas en detalle. Hice como 5 km aproximadamente, a pie, hasta Kastraki (KAΣTPAKH), pueblo al pie de Meteora (Figuras 6 y 10). Luego tomé un autobús ahí directo hasta Trikala y desde aquí hasta Larissa, para proseguir el viaje hacia Athina. Ver vista típica las Meteoras en invierno (Figura 11).

                                                                    

                     Figura 10: Foto del autor en las montañas  Meteora y antes de visitar el Meteorón



                  Figura 11: Foto de postal de monasterio en Estación de Invierno en las Meteoras

Pensaba viajar esa noche en tren hacia Athina (Atenas) para estar temprano en la mañana siguiente, pero me dijeron en la Stathmos  que el tren que pasa a la 0:20 h y que viene de Thessaloniki, viene con muchos pasajeros y además retardados. Decidí quedarme esa noche en el mismo hotel “Parthenon” de la noche anterior, para tomar el tren de las 06:24 al día siguiente.

Segunda Etapa: Larissa (ΛAPIΣA)- Athina (AΘHNA)


Sábado 28 de julio de 1984: A pesar de partir de Larissa, el tren hacia Athina venía lleno. Para caminar en los pasillos fue difícil y había muchos durmiendo en el piso. Afortunadamente conseguí un puesto en un compartimiento de fumadores. El servicio de trenes griegos es deficiente, al igual que el yugoslavo, siempre hay retardos y la reservación de plazas no funciona.

El viaje se hizo largo. El tren se para en casi todas las estaciones intermedias y los que están enfrente de mí parecen una chimenea. La ruta del tren se muestra en la Figura 12. El recorrido total hasta Athina es de 359 km.


Figura 12: Ruta del trayecto entre Larissa y  Athina, pasando por Lamia y acercándose al  pueblo de Thiva  

Desde las cercanías de Kifissiá, estamos llegando a los alrededores de Athina (Figura 13) , la impresión no es buena, por la gran cantidad de casas y calles en mal estado. 


Figura 13: Ruta de acceso ferroviario por el  Noreste de Athina hasta llegar al centro de la gran ciudad 


Llegamos a la Stathmos Larissa en el sector de Colone, al otro lado de la del Peloponeso. Luego de almorzar y pasar por el hotel Aristide (donde se alojará la delegación de los turistas de  Francia desde mañana por la tarde), sobre la calle Sokratous, fui a la Plaza Sindagma a solicitar la información turística. Está en Plaka, el centro de Athina, tiene una fuente en la redoma y cafés alrededor. Una muchacha “routard” me dio el dato de un hostel cerca de la plaza, para pasar esta noche antes de comenzar el tour de la OTU. En el Thisseus Inn, calle del mismo nombre, conseguí una habitación con tres camas, que compartí con José Freitas, un portugués sencillo y con Clyde, un inglés de Bristol. José me acompañó siempre en Athina, él viene de Francia, donde vive desde hace 10 años. En este hostel o albergue de juventud había una gran cantidad de muchachos mochileros “routard” durmiendo en el piso con su tapete y saco de dormir. Aquí en Athina he visto la mayor cantidad de gente que viaje de esa forma, algunos parecen damnificados.

Por la noche cayó un aguacero que hizo cambiar todos los planes de visita. Estuvimos en un restaurant (Bairaktaris) que esta detrás de una iglesia de la plaza Molutraki, según me había recomendado “Le Guide du Routard” y estaba lleno. Afortunadamente tenía a mano el paraguas para retornar seco al hostel.

Domingo 29 de julio de 1984: Al despertarme la lluvia continuaba y no pudimos salir sino a las 10 de la mañana. Estuvimos en la Plaza Sindagma vendo el cambio de guardia de los soldados helenos (Figura 14) frente al Parlamento, mucha gente tomándose fotos con ellos, que no se reían para nada. Luego visitamos La Puerta de Adriano, el Templo de Zeus, qué monumental. Luego subimos a la Acrópoli, donde se encuentra el Parthenon (Figuras 15 y 16), no deja de impresionar por su belleza y calidad de construcción. Dentro del museo del Parthenon hay restos de esculturas y objetos hallados en las excavaciones y mientras tomaba una foto a la bandera griega volvió a llover, pero con menor intensidad. Otros monumentos visitados fueron el teatro de Dionisyos (casi destruido) y  el  teatro   de Odeón donde presentan todavía obras dramáticas y líricas. De ahí nos fuimos al Agora Romana, que no tiene muchas cosas que ver y luego fuimos al barrio de Plaka para almorzar.


Foto de postal de soldados helenos de la Guardia del Parlamento griego, en el cambio  de la guardia de la plaza Sindagma


Figura 15: Foto general del Parthenon en la Acrópolis, con las columnas aun en pie Estructura simbólica de Athina


Figura 16: Vista de detalle de las columnas y el techo de una de las esquinas del Parthenon, mostrando el esplendor de la construcción


El almuerzo en Plaka consistió de ensalada griega, zouvlaki, retsina, que es el vino del país, y patilla al final. La ensalada griega se prepara con tomates, pepinos, cebolla, aceitunas negras, queso “feta”, pimiento verde y aceite de oliva. Es deliciosa y sana. En el barrio de Plaka hay restaurantes dondequiera, tiendas de artesanías y mucha gente.

Las tabernas son los mejores sitios para comer: buena comida y barata.

Estuvimos en la zona de los edificios de estilo neo-clásico de la Biblioteca, la Universidad y la Academia de Athina. Antes de almorzar me había tomado una foto dentro del Parthenon (Figuras 17 y 18).


Figura 17: El autor dentro de la edificación emblema de la Athina clásica (Parthenon)



Figura 18: Con José Freitas, en la zona  de las edificaciones neo-clásicas

Cuando la tarde estaba cayendo fuimos a Milavitos, que es una montaña alta desde donde se puede admirar toda la ciudad. Athina es grandísima, es difícil apreciar sus límites. Allí conocimos una norteamericana de Los Angeles, California, que parece una niña a pesar de sus 40 años. No sé si se vino sola, pero se nos unió y anduvimos junto con Joie. Pasamos por el Jardín Nacional, el cual es hermoso y al mismo tiempo uno de los pocos pulmones de Athina. Es como si se pasara del ambiente infernal de verano al paraíso vegetal. Dentro de ese parque se encuentra el Zappieon, Salón de Exposiciones.   
En la noche cenamos en Plaka en un pequeño restaurant donde el dueño del sitio nos robó o cobró un precio más caro que en Venezia por un pollo. Ya tarde en la noche, me llevé el maletín que tenía en la Stathmos Larissa hasta el Hotel Aristide, donde debía incorporarme al grupo de la excursión a las islas Cícladas, del cual yo había pasado a recoger documentos ayer por la tarde. Tenía que despertarme a las 5 del día siguiente.

Tercera Etapa: Athina (AΘHNA)- Santorini (ΣANTOPINH)

Lunes 30 de julio de 1984: Me desperté solo, pues el responsable de la recepción del hotel no me llamó. Eran las 5:30 am y me daba tiempo. Desayuné una comida plástica: pan y galletas, mermelada y mantequilla, todo metido en bolsas o envases plásticos y una taza de leche. Conocí al grupo, al principio no me parecieron simpáticos, es normal, venían dos parejas de casados, tres de compañeras y una de mamá-hijo.

Llegamos a Pireas a las 7 de la mañana y el barco que debería salir a las 8 am no estaba en el atracadero. No pudimos salir sino a las 11:30 am, el barco iba lleno de pasajeros a diferentes islas y la nuestra era la última (Figura 19). El ticket que yo tenía era de clase puente, es decir, que iba a llevar más sol que una teja. Iban muchos mochileros “routard”. El sol estaba fuerte y el cielo despejado. La primera isla que el barco atracó fue Paros (ΠAPOΣ), a casi las 7 horas de viaje, estaba aún claro el cielo (Figura 20). Luego venían las islas de Mikonos, Ios, Naxos, Siros, etc. La distancia hasta Santorini era de 300 km.


Figura 19: Vista de ubicación de las islas Cícladas del mar Egeo [3]. En la parte Superior, Andros, Kea y Tinos, luego al Centro, Kithnos, Siros y Míkonos y al Sur,  Paros, Naxos, Milos, Ios y Santorin


Figura 20: Vista de la isla Paros desde el puente del barco antes de la puesta de sol. Obsérvese la luminosidad por el color   blanco de las fachadas de las edificaciones (viviendas, posadas, iglesias, etc.)

Yo estaba un tanto resfriado a causa del viento frío que estaba soplando después que pasamos por Naxos. Tenía hambre, sueño y frío. Todos los asientos de segunda clase estaban ocupados. El viaje fue una tortura. 

Martes 31 de julio de 1984: Llegamos a las 02:30 de la madrugada por fin a Thira o Santorini, después de casi 16 horas de navegación. Allí nos esperaba un representante de la agencia IYTS, para llevarnos a las pensiones correspondientes. El aspecto de Santorini era impresionante a pesar de la oscuridad. Las huellas de las erupciones volcánicas son todavía latentes (Figuras 21 y 22). El bus ascendió la ruta hasta llegar a Kamari, diez minutos después. Yo me quedé en una casa especialmente acondicionada para recibir turistas (Figura 23). Estaba tan cansado que me acosté enseguida.

A las 11 salí a tomar el desayuno para luego ir a la agencia de viajes Kamari Tours, que es la que se ocupa del alojamiento y el viaje hasta Naxos luego. La casa donde me encuentro es de estilo griego, toda blanca, al lado de la playa. Kamari (KAMAPI) está situado en el Oriente de Santorini [3], cerca de las ruinas de la antigua Thira. Hay restaurantes, negocios de turismo, hoteles y pensiones  y algunas casas a la orilla del mar. En la parte posterior hay casas e iglesias. Solo en la isla hay alrededor de 300 de estas últimas. Desde Kamari se puede divisar Pyrgos, un pueblo en lo alto del cerro. El grupo se dispersó en diferentes pensiones. Conocí a dos francesas de París, Valerie y Khaterine. La primera es médico y la segunda historiadora. En la tarde fuimos a la playa y en la noche comimos juntos. La playa de Kamari es de arena gris y sobre todo, piedras curvas negras y grises que molestan cuando se anda descalzo. El agua no es tan fría como las del mar Adriático.


Figura 21: Vista de la tonalidad oscura de la arena en playa de Kamari y del color claro de probable 
actividad volcánica



Figura 22: Vista del color claro  en terreno donde posiblemente hubo erupciones  volcánicas 
en el pasado reciente



Figura 23: Foto tarjeta de Pansion Acrogiali  en Kamari, lugar de alojamiento en Santorini 


Miércoles el 1ero de agosto de 1984: Me enrolé en una excursión hacia diversos puntos de la isla. Los autobuses llenos de turistas ingleses, norteamericanos, alemanes, también griegos, fueron a Akrotiri, al Sur este de la isla, donde hay unas excavaciones de la antigua ciudad que fue cubierta por la explosión volcánica alrededor de 1500 A.C (Figura 24). Todavía quedan restos de la ciudad sin descubrir. Había varias guías dando explicaciones en inglés, en alemán y en griego, para los turistas locales. Lo  malo  de  las excursiones organizadas es que no dan tiempo para observar lo que a cada quién le interesa de los objetos, sino que anda como el ganado conducido de un sitio a otro, como invasor y no como viajero.

Los pueblos de esta isla son bonitos, Pyrgos es el más alto, Thira tiene demasiadas tiendas, discotecas y restaurantes. Todas las edificaciones son blancas, con formas cuadradas (Figura 25). Por el recorrido se ve en una de las partes más altas el volcán y el cráter, todo el conjunto es llamado la caldera, donde, según la guía, todavía hay fuentes de calor y el agua es caliente en un sector.  Es impresionante el paisaje alrededor del volcán (ver Figuras 21 y 22). La playa de Perissa es bastante larga: casi 8 km dicen que tiene. La arena es negra y fina. En Thira hay degustación del vino que se produce en las islas, es regular su calidad



Figura 24: Visita a excavaciones de la  antigua ciudad de Akrotiri, en el Suroeste de la isla. 
Vasijas de cerámica extraídas



Figura 25: Vista panorámica de la actual ciudad de Thira, con los rastros del sismo
ocurrido en 1956

Jueves el 2 de agosto de 1984: La segunda excursión fue hacia la antigua Thira, ciudad fundada después de la erupción volcánica (800 A.C.). El autobús nos dejó en la cima de una carretera serpenteante al cerro frente a Kamari y de ahí los excursionistas continuaban todavía subiendo hasta las ruinas de la antigua ciudad de Thira.  Se consiguen tumbas por todos lados, la más interesante es la de Artemidoros que tiene figuras talladas sobre piedra (Figura 26). Más adelante conseguimos una piedra tallada con un falo, que pensé que era un “artista reciente”, pero me explicaron que era un símbolo de varios personajes griegos, como Dionisyos (Figura 27). Hay un teatro que todavía está visible (Figura 28).  Más allá está la caverna de Hércules, el gimnasium, el templo con sólo las columnas y varias edificaciones como templos, casas, mercados, pistas de baile, y las calles bastante estrechas. 


Figura 26: Vista del león sobre la tumba de  Artemidoros, entre las ruinas de la Thira Antigua, cerca de allí hay otras tumbas



Figura 27: Piedra tallada con un falo, símbolode personajes griegos, como Dionisyos  



Figura 28: Teatro griego antiguo cerca de  Pyrgos, apenas visible

Por la tarde hay que disfrutar de la playa de Kamari, con el agua tibia, poco oleaje y se puede nadar. Hay algunas mujeres desnudas completamente tomando sol, con los senos descubiertos, y otras se resisten a quitarse el traje de baño.

Luego en la noche hicimos una excursión propia a Thira lado Oeste, donde el aspecto del pueblo es de mercado libre, pero si uno se mete en los callejones es otra cosa: tabernas, restaurantes, muchas tiendas, pero la vista del golfo que forma el volcán y las dos islas a esa hora de la noche es única. Como andaba con las dos amigas francesas, cenamos en un restaurant con vista al mar. Luego de cenar fuimos al puerto muy debajo de la ciudad. Al subir los escalones se nota o lejos que queda el pueblo. Este  es  el antiguo puerto que
los turistas acostumbraban subir 566 escalones para llegar a Thira. Luego de la agotadora mini-excursión tomamos el bus a Kamari. 

Viernes el 3 de agosto de 1984: La tercera excursión organizada fue la más larga. A las 9 de la mañana partieron dos autobuses y una combi VW donde iba yo. Llegamos al muelle de Athinios, un pequeño puerto donde nos esperaban dos lanchas grandes, una para los alemanes y la otra para los griegos y personas de habla inglesa. El primer sitio que visitamos fueron las rocas volcánicas de una pequeña isla frente a Thira (Figura 29), cosa que no deja de ser impresionante; en un pozo cerca de esas rocas uno de los barcos se paró y los que quisieron se zambulleron en el agua de mar calentada por los efluentes del volcán.  Luego seguimos recorriendo el sector hasta llegar a otra pequeña isla de Therasia, donde hay una pequeña villa bien arriba llamada Manolas. Me encaramé en el cerro, después de subir como 200 escalones, para conocer el pueblo de Manolas, el cual tiene apenas 300 habitantes. Es bonito y solitario a esa hora del día, se aprecia un mar, luego almorzamos abajo, en el puerto.


Figura 29: Mapa de Isla Santorini, mostrando los pequeños pueblos e islas alrededor

Continuamos navegando y nos paramos en OIA (IA), una de las ciudades más importantes de la isla antes del terremoto de 1956. Se ven los vestigios de esa catástrofe, muchas viviendas e iglesias han sido reconstruidas. Hay una iglesia bonita con su campanario múltiple, en ese momento venía un campesino viejo en un burro vendiendo uvas que se producen en la isla (Figura 30).  El animal más popular de las islas sin duda es el burro, que es el medio de transporte natural. Bajamos al barco y continuamos frente a Thira e IA que se llama Nea Kaméni. Es el asiento de los volcanes que se han formado en el curso del tiempo.  Es impresionante ver todas esas rocas negras, parece un almacén de carbón gigantesco. El guía explicaba que ese material es explotado comercialmente y exportado hacia varias partes del mundo. La excursión terminó aproximadamente a las 7 de la tarde. 


Figura 30: Paisano griego  vendiendo en su burro uvas en el pueblo de IA

Sábado el 4 de agosto de 1984: Este día lo dejé para hacer una excursión individual a alguno de los pueblos menos visitados por turistas. Escogí Pyrgos (ΠYPΓOΣ), que está no lejos de Kamari y es el más alto de la isla. Después de desayunar, tomé el autobús que va a Thira, quedándome unos metros antes de la carretera a esos pueblos. Me encontré con un paisano griego que andaba con dos burros, le dije kalimera!, Pou Pyrgos? me indicó qué ruta debía tomar y le dije fcharisto!. Seguí a pie la carretera serpenteante y ascendente, pasando por el pueblo de Exa Gonia (EΞ  ΓONIA) desde donde se puede apreciar la isla. Hay una iglesia cristiana ortodoxa de estilo bizantino parecida a la que había visto en Thessaloniki (Figura 31). Las calles en Pyrgos son angostas y tienen callejones por todos lados y las casas blancas como la nieve. Hay una carretera asfaltada que va hasta Pyrgos, pero yo tomé un sendero de mulas que lo seguí después de atravesar una cantidad de callejones y encrucijadas. El paisaje es bonito, el panorama cada vez más extendido. Llegué al rato a Pyrgos, ciudad o pueblo blanco con bastantes iglesias de cúpula azul (Figura 32). Es raro pero no conseguí ninguna iglesia abierta. Hay muy poca gente en la calle. Desde aquí se aprecia casi toda la isla de Santorini (Figura 33). Estando sentado en un banco cerca de una iglesia, se me acercó un señor para preguntarme si yo era pintor, le dije que solo era viajero.


Figura 31: Vista externa de la iglesia de Exa Gonia, con su construcción bizantina blanca



Figura 32: Vista general de Pyrgos, con sus iglesias de abajo hasta arriba [4]  



Figura 33: Vista del mar Egeo desde  Pyrgos, en primer plano la cúpula de una iglesia 
cristiana ortodoxa griega [4]


Él me habló desde el primer momento en francés y luego seguimos hablando. La mejor época para visitar las islas es entre septiembre y octubre según él. Este es un pueblo encantador, no hay  muchos   turistas ni tiendas de recuerdos ni de artesanía, las tabernas quedan retiradas y es muy tranquilo. Los callejones son un laberinto, casi todas las casas tienen azotea y por supuesto, escalones por todas partes. Se ven más gatos que perros en las casas, los burros en su corral respectivo y algunas familias tienen su cría de gallinas y pollos. No hay un estilo de construcción uniforme: cada casa tiene su punto particular. Me quedé un rato en el punto más alto de Pyrgos, en una plazuela leyendo, mientras llegaba la hora del almuerzo. Luego del almuerzo tomé el mismo camino de ida pero en sentido inverso, pasando antes por una iglesia cristiana ortodoxa griega blanca con azul y con campanario. Luego de regresar por Exo Gonia se me ocurrió la idea de irme a pie hasta Kamari, dado que el mar se veía bastante cerca y la tarde estaba preciosa. Yo andaba con los shorts, franela y el bolso inseparable. Me conseguí con unos italianos de Torino que andaban más perdido que el hijo de Lyndbergh, el camino fue bastante largo y comprobé que las distancias medidas a ojo  son engañosas.

En la noche fui a Thira, a comprar algunas cosas típcas y a cenar con las amigas parisinas. Cenamos justo cuando el sol se estaba poniendo, espectáculo único en esta isla. Teníamos que levantarnos temprano al día siguiente. A pesar de ser tan “francesas”, la mayoría de las veces anduve con Katherine y Valérie, en los paseos y comidas diarias. El otro grupo se acercó a mí cuando uno de ellos, de origen español, me escuchó hablando en inglés en la agencia de viajes local y luego de saber que yo era sudamericano. Hay una notable separación entre los franceses según el origen  que ya había notado antes de este viaje. Una vez que se hace la amistad con un francés se estrecha la relación, pero no es fácil al principio.   

Cuarta Etapa: Santorini (ΣANTOPINH) – Naxos (NAΞOΣ)


Domingo el 5 de agosto de 1984: Muy temprano en la mañana teníamos que partir hacia el puerto de Athinios, para tomar la embarcación hacia Naxos (NAΞOΣ). La señora encargada de la Pansion Acrogiali me despertó a las 5 de la mañana y a eso de las 7, estábamos haciendo cola para montarnos en un pequeño barco que tocaba antes, las islas de Ios (IOΣ) y Paros (ΠAPOΣ). 

El mar estaba tranquilo cuando el barco comenzó a recoger otros pasajeros que venían en lancha desde Thira y desde OIA. Luego comenzaron las oscilaciones suaves al principio y luego eran fuertes, el agua se metía por debajo y por los lados. Yo andaba con una franela y el short y me mojé por completo. 

Eran frecuentes los golpes de las olas contra el barco. Los que iban en la parte superior se balanceaban bruscamente, más que nosotros. Había gente que comenzaba a sentirse mal. Yo estaba sintiéndome mareado y náuseas, pero me propuse aguantar todos eso embates del mar y me puse a dormir. Para colmo, desde el día anterior me sentía pesado del estómago, tomándome el desayuno poco antes de zarpar la embarcación. Pensé que eso lo iba a dejar en el mar Egeo. 

Pasamos por IOS (Figura 34) y luego seguimos a Paros   y fue cuando sentí más ganas de ir al baño. Aquí nos separamos una parte del grupo. Afortunadamente instalamos una cortina de plástico y nylon y ya no se metía el agua. 


Luego de Paros el tiempo se hizo  interminable  y lo único que quería  era  llegar  a   tierra
firme. La marea estaba muy fuerte, en un barco pequeño  es más peligroso. Finalmente llegamos a Naxos (Figura 35), luego de 7 horas de angustia El viaje fue terrible. 


Figura 34: Vista de la isla IOS desde la  Embarcación. Tiene cierto parecido 
con la isla de Mikonos



Figura 35: Vista de la isla de Naxos desde la embarcación en día nublado con 
poco sol en la llegada

Mi primera impresión de Naxos fue de una isla menos desarrollada turísticamente:  calles sucias y con huecos, trato menos amable que el de Santorini, restaurantes sucios. La pansion Panorama (ΠANOPAMA) es pequeña, pero aseada y además cerca del puerto. Llegamos caminando el pequeño grupo por unas callejuelas ascendentes (Figura 36) desde donde se puede ver la puerta del templo de Apollon


Figura 36: Vista de las callejuelas ascendentes  de acceso a la pansion ΠANOPAMA
A lo lejos  a la  derecha se ve la Puerta de Apollon

Con el malestar del viaje no me provocaba comer, además me estaba cansando de la comida griega de las islas, grasosa y el menú limitado El grupo al cual yo me iba a integrar estaba compuesto por cuatro personas: la pareja de casados, la hermana del hispano-francés y una parisina con aspecto de enfermera y poco simpática. En la tarde y la noche la marea seguía fuerte. De noche hay un ambiente de fiesta en el pueblo, muchos turistas y griegos por las calles y en los restaurantes instalados cerca del  puerto.

Lunes el 6 de agosto de 1984: Ya descansado del viaje del día anterior y parcialmente del malestar estomacal, me parece increíble que en una región marítima de clima cálido haya un menú tan pesado a base de carne de res y de cerdo, más que de pescado. Las ensaladas son escasas. La mayoría de los griegos acá son pequeños y barrigones.

En la mañana fuimos el grupo a una playa cerca del pueblo de Naxos, tenía arena fina y algunas piedras más allá de un límite. Todavía la marea estaba fuerte. Pero no es limpia ni el agua ni los alrededores. El agua trae restos vegetales secos y en la cercanía del balneario hay desde restos de latas de Coca-Cola, hasta bolsas plásticas y alguno que otro desecho animal o humano.    

Una cantidad de cuerpos tendidos al sol como un sacrificio ritual se exponían impávidos, ausentes del mundo exterior. Unos mostraban la segunda capa de la piel: la dermis, pues habían perdido la epidermis debido a sus excesos. Otras mostraban sus enormes dimensiones senoidales sin mayor pudor y algunas mostraban cicatrices de operaciones quirúrgicas o enfermedades de la piel. La arena se metía en todas partes a causa del viento que soplaba, si se abría la boca, el gusto de granos pero sin sabor era percibido enseguida.

A la hora del mediodía fui a almorzar con el grupo hispano-francés en un restaurant griego del pueblo, donde pedí mousaka, que es una masa de harina de trigo que envuelve una carne molida con berenjena, la cual estaba grasosa y me la comí igual. Fuimos de nuevo a la playa, pero esta vez exploramos en  diferentes rincones, hasta quedarnos en un sitio donde soplaba poco viento, pero en el fondo había muchas piedras por lo que me quedé leyendo mi libro de Julio Cortázar. Ya entrada la noche seguimos al pueblo de Naxos, donde los restaurantes estaban llenos de turistas y comí zouvlaki.  

Martes el 7 de agosto de 1984: El intercomunicador de mi cuarto sonó antes de las 8 de la mañana para anunciarme la dueña de la pansion que el mar estaba tranquilo y que podíamos hacer la excursión programada a las islas Dilos (ΔIΛOΣ) y Mikonos (MIKONOΣ). Ver ubicación en Figura 19. Aunque eso lo habíamos programado el Domingo anterior para realizarlo para el Jueves próximo. Decidí ir este día pues los otros del grupo estaban preparándose para hacerlo.

La embarcación era más pequeña que la que habíamos utilizado para venir desde Santorini, nos instalamos en la parte superior, al aire libre. Un poco después de haber salido de puerto de Naxos, el mar comenzaba a golpear el barco, el cual oscilaba como una hamaca, pero los efectos eran menores que los del viaje pasado. En dos horas casi estuvimos en Dilos, que es considerada isla sagrada debido a los monumentos que allí se encuentran. 

El aspecto de la isla es desolador. Está deshabitada. A las 7 de la noche todos los que se encuentran allí la abandonan. Las ruinas están dispersas por toda la isla. Los monumentos más importantes son las Leonas (Figuras 37 y 38), hay  como  cinco, la casa de Dionisyos, la casa de Hercules, el teatro, diferentes templos y las estatuas decapitadas. Pero el tempo de la visita, una hora y media, no permitió hacer una exploración más detallada de los diversos edificios y monumentos que allí se encuentran


Figura 37: Escultura de leonas en isla de Dilos. Obsérvese en primer plano dos bases vacías,  Quedando tres a la intemperie



Figura 38: Detalle de escultura de león en condiciones de desgaste por 
tiempo y agentes contaminantes

Luego de pasar el tiempo pre-establecido de visita a esta isla sagrada. Salimos al muelle para  hacer la visita a la famosa isla de Mikonos, el viaje tardó ¾ de hora a esta isla coqueta y visitada del grupo de las islas Cícladas, muy frecuentada por personajes de la farándula internacional, sitio del snobismo y vitrina del turismo griego y del Mediterráneo. Vi jóvenes “punk” que administran restaurantes, homosexuales en algunas partes y “chicos bien” por todos lados. Es la isla donde he visto menos griegos y más turistas americanos en cambio.

Pero eso no le quita el encanto al pueblo de Mikonos, sus edificaciones inmaculadas y sus molinos en lo alto le dan un atractivo sin igual (Figuras 39 y 40). La vida aquí es más cara, por supuesto. En vez de mulas que transporten la gente, aquí hay motonetas con una tolva y dos asientos. La vida en esta isla es mucho más agitada.

Luego de almorzar en un restaurant recomendado por “Le Guide du routard”, donde los cuatro del grupo se fueron pues no les gustó el menú ofrecido, seguí con una señora y su muchacho, caminamos por las pequeñas calles de ese pueblo y cuando yo conseguía uno sin turistas a la vista, le hacía un clic fotográfico. Investigando por señas llegamos finalmente a los molinos que le han dado tanta fama a esta isla, además de Petrus, el pato emblemático de la isla.  

Aquí el blanco es absoluto, los isleños pintan hasta el piso, lo que le da una luminosidad fuerte al ambiente. Lamentablemente el tiempo de dos horas y media que teníamos disponible se ha agotado, teniendo que salir al puerto para tomar el barco de retorno a Naxos.


Figura 39: Foto del autor delante de los famosos molinos de la isla de Mikonos


Figura 40: Vista del urbanismo interno de  Mikonos en su parte alta. Luminosidad

El viaje de retorno fue bastante tranquilo, con excepción de algunas mecidas en la mitad del camino, pero agarré una revista L’Express y me puse a leer como si nada. Antes de lo que había previsto, llegamos a Naxos, que es fácilmente identificable por su Puerta de Apollon, que mide 5,5 m de altura, dentro de un templo en honor a Apollo, que no fue terminado.

 En la noche salí a comer solo en una venta de souvlaki y el grupo de los cuatro me consiguió. Salvador, a pesar de sus españoladas no me cae pesado, mucho menos Evelyn, su esposa, pero Anita y sobretodo Sabine me caen pesadas. Al cenar fuimos a una boîte a ver unos músicos que tocaban zariki (instrumento típico griego) y guitarra, interpretando canciones de estilo bouzouki y otras ya conocidas.

Miércoles el 8 de agosto de 1984: Como habíamos planeado el domingo anterior, salimos de excursión  hacia Apollona (AΠOΛΛONA) en un carro alquilado por todos. Pasamos por diversos pueblos. Los más notables son Filoti (ΦIΛOTI),  Aphiranthos (AΠεIPAνΘOς), Halki (XAΛKI) y la playa de Apollonas, al norte de la isla (Figura 41).


Figura 41: Mapa de la Isla de Naxos y sus poblaciones interiores y costeras

Es la mejor playa que he visto, con el agua menos fría que las otras, una parte de piedras y otra de arena. Los pueblos de Filoti y Aphiranthos están del lado contrario del pueblo de Naxos y Halki en la mitad del camino (Figura. 41). Desafortunadamente no pude conocer bien ni Filoti ni Aphiranthos, ya que la gente con quien andaba no buscaba sino la venta de tejidos típicos, que al final no la conseguimos (la de grandes mantas y cobijas). Solo conseguimos el taller de una señora llamada Caterina Bartolo, quien solo trabaja pequeñas mantas. En este pueblo hay un castillo veneciano. Hay un museo interesante, pero no entramos. Vimos allí una enorme estatua (kouros) no terminada, de 10 m de largo, recostada en un terreno inclinado.

El camino de regreso lo hicimos por la carretera de tierra siempre al borde del mar y al pie de las montañas. Es casi  desértico,  pero  en  la  mitad  del  camino  se  llega  a  un  valle
extenso que contrasta con su verdor con los alrededores. No pareciera un paisaje de isla sino continental.

En Engares (ENΓAPEΣ) comienza de nuevo la carretera asfaltada y el viaje a Naxos es más rápido. En Naxos decidimos ir hacia  la playa de AΓIA ANNA pues nos quedaba combustible suficiente y era temprano. La carretera es buena hasta llegar a Galanado (ΓAΛANAΔO) donde comienza un cambio de terreno angosto y fangoso que luego de innumerables curvas nos llevó hasta esa playa, la cual según la guía es la más bonita de la isla. Había mucha gente, sobre todo jóvenes acampando en ese lugar. Lo impredecible fue haber perdido las llaves del vehículo, así que recorrí todo el camino hecho desde la cafetería de la playa y las conseguí en las escaleras de llegada, descubriendo que mi short tenía un bolsillo roto.

Jueves el 9 de agosto de 1984: Decidí no ir a la playa ni de excursión. En la mañana me dediqué a lavar mi ropa sucia en el cuarto de la pansion, con una ponchera prestada. La ventana de la habitación y otras dependencias de la habitación quedaron “decoradas” por la ropa lavada para su secado. Ya estaba en la etapa de la economía fotográfica. Me quedaban pocos rollos de película Kodak y Fuji.

En la tarde salí al puerto a caminar por la barrera de rocas frente al pueblo y me conseguí con Valérie y Katherine, con quienes compartí en el tour de la isla de Santorini. Fue una sorpresa agradable, estaban en la excursión desde Paros por ese día. Estuvimos conversando un buen rato hasta las 5 pm, cuando las acompañé hasta el barco de la excursión.  Luego me fui a trepar los callejones del pueblo de Naxos, pasando por sitios que no había visto antes, hay casas de estilo veneciano, la mayoría con su escudo, quizá de las autoridades en ese tiempo. Pero la arquitectura en su conjunto es griega (Figura 42).


Figura 42: Vista de casa con escudo en una callejuela en la parte alta de Naxos

El museo estaba cerrado por reparaciones, en la parte más alta de la ciudad hay una iglesia cristiana católica, vestigio de la colonización veneciana, que me llamó la atención y seguí caminando, viendo las casas que tienen su jardín con una multitud de flores de varios colores. La puerta de Apollon se puede ver desde varios ángulos.

La segunda sorpresa del día fue haberme conseguido con Joie, la gringa loca que conocí en Athina, en una de las callejuelas de Naxos. Iba con una amiga holandesa llamada Gery, que estaban en Santorini. Habían llegado este día. Estaban alojadas, como una gran parte de los routards, en la azotea de una casa, durmiendo en el piso. Esa noche cenamos juntos en una terraza frente al mar, luego nos fuimos a ver unos músicos interpretar el Bouzouki en un café del pueblo, Ellis KAΦE-BAP. El primer día de andar solo fue el mejor que había pasado en Naxos desde que llegué. El grupo franco-español anterior definitivamente no marchaba para disfrutar las vacaciones. Sin embargo, ellos se portaron ese día amables conmigo, luego que hablé con la dueña de la pansion para que le sirviera infusión de manzanilla a Salvador, que había amanecido mal del estómago.

Viernes el 10 de agosto de 1984: Como casi todos los días, el cielo estaba claro, el viento soplaba con moderación. Después del desayuno decidí ir a un cerro que se encuentra detrás del pueblo, con Olivier, el hijo de la señora, quien se había perdido el día de la llegada a Santorini. En dicho cerro se encuentra un monasterio ocupado actualmente por mujeres. Subimos por un sendero que pasaba por un viñedo. Luego de saltar varias cercas, llegamos a una carretera de tierra que continuaba hasta el monasterio. A medida que montábamos la vía, la vista de Naxos era más completa. 

La isla de Paros se puede apreciar fácilmente. Solo la separan de Naxos, entre 8-10 km. Como era de esperar, no se pudo entrar al monasterio, pero pudimos leer que éste fue construido en 1756, al lado se encuentra  un  pequeño cementerio  donde  hay varias  tumbas  recientes  y  una más grande que no tiene fecha pero encima había una caja de cartón con una calavera colocada como emblema, parece la tumba más vieja. Nos quedaba poco para llegar a la cima de la montaña, la más elevada de esa zona, pero Olivier se sentía cansado, llegando solo hasta un piedrón más arriba del monasterio.

Al descender del monasterio pasamos por un cerro donde se encuentra incrustada una pequeña iglesia, a la cual se llega remontando unos escalones (Figura 42). Intenté abrir la puerta y para mi sorpresa estaba abierta. Después de mirar detenidamente el interior, entramos cuidadosamente. Había un altar con imágenes de santos de la iglesia cristiana ortodoxa, así como de reliquias dejadas por gente que al parecer había recibido un milagro. Había también unas velas prendidas. Lo único construido ha sido la pared del frente y el emblema de la iglesia, pero el resto pertenece a la montaña. Regresamos luego un poco pasada la 1:30 de la tarde.

Por la tarde, al regreso al pueblo hice una nueva incursión en las calles, buscando souvenirs, pero la mayoría de lo que venden es pacotilla y cosas que se consiguen por todas partes. Luego esperé la puesta de sol en el puerto (Figura 43) como anticipo nocturno. Por la noche salí a cenar con Joie, la californiana y Geri, su amiga holandesa. Después de recorrer varis sitios en busca de calamares, cenamos alrededor de las 11 de la noche y estuvimos allí hasta pasada la medianoche.


Figura 42: Vista de la entrada de la iglesia  incrustada en la montaña detrás del 
pueblo de Naxos, en la parte alta 



Figura 43: Puesta de sol en la última noche en el puerto de Naxos, con embarcaciones


Quinta Etapa: Naxos (NAΞOΣ) – Athina (AΘHNA)

Sábado, el 11 de agosto de 1984: Temprano me desperté y salí hacia el puerto para reservar puesto en la fila del barco que salía a las 9:30. Volví a la pansion, que se encuentra cerca, desayuné y de nuevo regresé al puerto que comenzaba a llenarse gente. Subimos al barco llamado ΠAPOΣ,  el cual era más cómodo que  el que habíamos tomado cuando llegamos a Santorini. Le dí el último vistazo a la puerta de Apollon (Figura 44). Me conseguí de nuevo unas muchachas españolas que había visto en la excursión a Dilos y Mikonos. Luego, en la escala de Paros, me rencontré con Valérie y Khaterine, las amigas francesas de las excursiones en Santorini. Desde el barco iba directamente a Pireas (ΠIPEAΣ). Esa fue la última asoleada para los “curtidores y curtidoras de la piel”, yo aproveché de gastar los últimos centilitros  de protector solar que me quedaban.


Figura 44: Imagen de carta postal de la puerta de Apollon, monumento emblema de Naxos

Un poco después de las 5:30 de la tarde estábamos en el puerto más grande de Grecia, Pireas. El viaje estuvo de lo mejor, el mar estaba tranquilo, no se hizo escalas después de Paros  y los retrasos fueron mínimos. Al llegar no vimos ningún representante de YTIS que nos esperara, por lo que decidimos irnos en el metro de Athina, que nos dejó a unos pasos del hotel Aristides, en la plaza Omonia. Pero en el hotel nos mandaron al hotel Athinion que quedaba a tres cuadras más adelante, ese es un detalle del turismo acá. Con estas maletas más pesadas, cada vez es una tortura. 

Por la noche fuimos a ver un espectáculo de danzas folklóricas de toda Grecia, en el anfiteatro Dora Stratou (Figura 45). Estuvo muy buena la presentación de los grupos y se observa la influencia oriental (turca) de algunas regiones. En comparación con las danzas yugoslavas que ví en Dubrovnik aquellas me parecieron más vistosas. La vestimenta de las bailarinas y los  bailarines es  preciosa. Solo  las  danzas del  Peloponeso son  griegas puras, con sus bailarinas de falda corta y zapatos puntiagudos, con una bola de lana en la punta. A la salida del espectáculo había venta de música griega folklórica y de Plaka (Figura 46). La visita nocturna de la Acrópolis es impresionante desde donde estábamos. Hay un juego de luces que destacan su forma. Gracias al carnet estudiantil de la OTU estos espectáculos me salieron a mitad de precio.


Figura 45: Boleto del Espectáculo de Danzas & Música Folklórica de Grecia



Figura 46: Cassette de la música griega popularizada por “Zorba El Griego”

Domingo, el 12 de agosto de 1984: Último día en Athina y en Grecia, fui temprano a la Stathmos Central de Athina a reservar el boleto para seguir el viaje hacia Austria (Ȍsterreich). Conseguí cupo para partir en la noche. Al mediodía abandoné el hotel. El grupo del tour se fue a las 11 al aeropuerto para tomar el avión a Paris en la tarde.

Dejé el maletín en consigna y me encaminé hacia Plaka, el sitio famoso por Zorba El Griego, donde compré unos recuerdos, aprovechando unas dracmas que me quedaban. Casi todas las tiendas están abiertas, menos las librerías. Estaba buscando libros sobre detalles arquitectónicos de las viviendas de las islas cícladas, pero en los kioskos no conseguí nada.

Almorcé de nuevo en el restaurante de la plaza Monasteriki y recomendado por Le Guide du Routard, luego recorrí las calles y tiendas buscando libros. En una de las tiendas vi un muchacho  de  aspecto  indígena del  Territorio Amazonas o  del Perú, que le explicaba a

unos italianos que venía de Venezuela. Él vestía collares y pulseras de piedras preciosas. Rafael se llamaba y andaba con una argentina de nombre Gimena, jovencita también. Él ya tiene 14 años en Europa, 7 de los cuales ha vivido en Italia, dice ser de Caracas. Me comenta que ha visto muy pocos venezolanos en esta época (Yo los había visto en Murano, Venezia, en Italia y en Skopje, Yugoslavia).

Después de cansarme de Plaka, seguí hasta la plaza Syndagma, corazón de Athna, buscando el libro y pude ver el cambio de guardia de los soldados con su traje helénico, en el Parlamento. Es una ceremonia similar a la de los soldados del palacio de Buckingham en Londres.

Sexta Etapa:  Athina (AΘHNA)- Thessaloniki (ΘEΣΣAΛONIKH)

Athina estaba hirviendo del calor, había que andar por la sombra. Ya en la Stathmos se notaba un poco más fresco, pero al montarnos en el tren, a las 7 de la noche, parecía un horno. Este tren marcha hacia Dortmund (Alemania), pero una parte se separa en Zagreb, Serbia, para seguir hacia Vienna. Yo me equivoqué al montarme y tengo que atravesar todo el tren para tomar el vagón correspondiente. Hay mucha gente en el piso de los vagones del Hellas Express del tren austriaco, por lo que decidí hacerlo al día siguiente.

Lunes 13 de agosto de 1984: Muy temprano, en la madrugada, pasamos por Thessaloniki y a las 7 de la mañana estábamos cruzando la frontera de Yugoslavia, hoy Macedonia. Dejamos Grecia (escudo debajo para coserlo algún día en una chaqueta o morral), con muchas vivencias y agradecido de las atenciones de su gente y el compartir con viajeros y turistas. Aquí termina esta segunda parte del viaje de vacaciones de verano por el Sur de Europa y comienza la tercera parte. El recorrido acumulado del viaje retornando hasta Athina es de 4.000 km, solo 1.300 km en Grecia, incluyendo más de 600 km en barco. 


 Mejores Prácticas y Lecciones Aprendidas
Luego de esta experiencia de hace casi 33 años, como estudiante, soltero y ya formado como viajero en las anteriores temporadas de invierno y primavera y en este de verano, he sacado nuevas mejores prácticas y lecciones de este viaje de largo alcance que ya cubre las dos terceras partes del proyecto de vacaciones de verano, como conclusión:

1.  Como buenas prácticas estuvo primero,  la preparación con anticipación de los documentos de viaje, como la solicitud de visa de Hungría (próxima parte) y la programación en el tour OTU a las Islas Cicladas, incluyendo los traslados en embarcaciones por el mar  Egeo  desde  Athina  y  entre  las  islas,  dejando suficiente  tiempo  para   el recorrido en tren para atravesar Grecia desde Salónica (ΘEΣΣAΛONIKH) para conocer la provincia de Thessalia y las montañas de Meteora y monasterios en Kalambaka. Segundo, la inclusión dentro del tour de las visitas turísticas a los sitios de interés en las islas de Santorini y Naxos, lo cual simplificó la estadía al  asegurar el cupo. Solo hubo libertad en la isla de Naxos a hacer un tour de un día con vehículo alquilado por un grupo de los participantes del tour.

2..    La buena práctica de la oficina de turismo para buscar habitación que funcionó en Italia, solo fue necesaria en Athina el primer día del arribo antes del inicio del tour OTU. En Tríkala la habitación la conseguí por medio de la Stathmos cerca de la medianoche y en las islas la agencia de turismo estaba disponible con la información requerida para las excursiones. Este país era más desarrollado que Yugoslavia en ese aspecto del turismo y se nota más seguro y en salubridad en las habitaciones lo vi mejor que en Italia.

         3.   Lecciones aprendidas hubo varias, la principal fue la del ineficiente servicio de los
              trenes propios y las estaciones ferroviarias, lo cual es compensado por los trenes 
             alemanes y austríacos que utilicé hacia y desde Athina.  La desventaja de viajar solo 
             se disipó al arribar a Athina, donde con otros viajeros “routard” me pude acomodar             en una habitación a menor precio en un hostal céntrico y con los grupos en que                   participé en las islas de Santorini y Naxos.
  
       4.    La comida en general es buena, económica y saludable, los desayunos sencillos y 
             los almuerzos con diversidad y la ensalada griega, con lechuga, pepino, aceitunas 
             negras, queso es única. Lo que no me pareció normal es la dieta con altas calorías y        grasas por las carnes de cerdo y de res, en lugar de más pescado en las islas                    Cícladas. Las cenas se resuelven fácil con el zouvlaki, especie de carne con pan 
            “pita”.

       5.  Las condiciones de vida en la ciudad de Athina se notan precarias y hay desorden y 
           congestionamiento vehicular por la inmensa población emigrante del interior, lo cual 
           me recordó a Caracas. Apenas usé una vez el sistema de transporte masivo.

      6.  Del turismo en las islas Cícladas, fue un acierto la selección de Santorini y Naxos, la 
          primera por la naturaleza volcánica y variedad de atractivos (paisajes, playas de arena 
          negra, restos arqueológicos, religiosidad), y la segunda, por sus playas, edificaciones       venecianas, menos influencia turística, cercanía a Paros, Dilos y Míkonos y artesanía       local. La isla de Naxos es más accesible que Santorini y más auténtica que Mikonos,         que se ha convertido en gran centro turístico e invadida por extraños para atender el          mercado internacional.

      7. Los espectáculos de música folklórica y popular griega fueron apreciados tanto en              Athina como en Naxos, en ésta última fueron más auténticos 


     8.    Es necesario desarrollar en Venezuela la recuperación de la infraestructura en los
         polos de desarrollo turístico, los servicios públicos y un programa educativo para               atender a los visitantes propios y de otros países, con una economía productiva e 
         incluyente, bajo un estado de derecho y una economía de mercado donde florezca la 
         iniciativa privada y el libre emprendimiento, se brinde seguridad ciudadana y se mejore      el  nivel de vida de los bajos estratos, con atención especial a las islas de Margarita,  
         Coche, Los Roques, y los pueblos de la Costa Norte del País. .               


Referencias:
[1] Philippe Gloaguen, Michel Duval, “Le Manuel du Routard 1984-85”. Hachette, Paris, France, 1984
[2] Philippe Gloaguen, Michel Duval, “Le Guide du Routard Grece 1984-85”. Hachette, Paris, France, 1984.
[3] MICHELIN, Mapa Grèce / EΛΛAΣ  980, PNEU Michelin, Paris, France, 1983
[4] Christos Doumas. “SANTORIN Un Guide de L’Ile et de ses Trésors Acheologiques”, Etdotike Athenon S.A., Athenes, 1982, Grece.