Estimados
Amigos y seguidores de Senderos de la Actualidad y de Siempre, siguiendo con el
tema de la movilidad, los medios de transporte y los viajes en otros países en
continente europeo, ahora entramos en un viaje de vacaciones de largo alcance,
para aplicar la experiencia adquirida en los dos viajes anteriores, haciendo
previsiones mayores por lo extenso del recorrido y la alta demanda de viajeros
sobre todo al Sur, en la etapa final de los estudios de tercer nivel
universitario (especialización) en Francia con la entrega del Reporte de
Proyecto, con los ahorros hechos en los dos meses anteriores de pasantías en
Centro de Estudios en Lyon, iniciándose la temporada de verano el 21 de junio, con la “Fête de la
Musique” en Grenoble, luego el Tour de France por los Alpes, el calor creciente
en la ciudad y los días más largos.
Época
de despedidas de amigos que sostuvieron su tesis de grado o terminaron su
diploma especialización del período 1983-1984. Desde hace semanas había hecho
las reservaciones de dos medios
importantes: 1) El transporte en ferry a través del mar Adriático para llegar a
Yugoslavia a través de Italia y 2) El plan de traslado, alojamiento y
excursiones dentro de las islas Cícladas griegas en el mar Egeo. Esto lo hice a
través de la OTU (Organisation pour le Tourisme Universitaire) en el
Campus de Saint Martin d’Hères (Figura 1) y agencias de viaje de Grenoble. Lo
demás debía hacerlo desde que iniciara el viaje, excepto lo siguiente:
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Figura 1: Carnet de Turismo
OTU Organización ISIC países OTAN |
- Las solicitudes de visa de Italia (Grenoble), Yugoslavia (Lyon), y la de Hungría (París), debía tramitarlas antes del 12 de julio de 1984. Los demás países a visitar (Grecia, Austria, Alemania, Suiza) no requerían visa sino pasaporte vigente. Véanse Figuras 2 y 3 con las visas de Italia y Yugoslavia y las condiciones de cada una.
- La inscripción en la organización de turismo de los países del Pacto de Varsovia (Hungría, Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia, URSS, etc.), la hice en esos días de junio en la ciudad universitaria.
- Un cuaderno de borrador en 96 páginas como el Diario del Viaje (Journal de Voyage), junto con los mapas de vialidad Michelin desde Francia hasta Grecia y Hungría, las “guides de routard” [1] y de los países a visitar [2], suficientes rollos de película 135, sensibilidad ASA 100 y 200, eran días de luz abundante y por supuesto, la cámara fotográfica Olympus manual y automática adquirida ese mismo año.
· Debía leer el libro “Les autonautes
de la cosmoroute” de Julio Cortázar junto a su esposa Carol Dunlop, sobre un
viaje intemporal que él hizo entre Paris y Marsella “la route du soleil”
en un “motorhome”, pernoctando en todos los estacionamientos a lo largo de la
autopista entre esas dos importantes ciudades y toda la logística que armó para
continuar y retornar al punto de partida.
· Cosa extraña, no llevaba morral ni
colchoneta ligera como los “routards” comunes, sino un bolso de semicuero que
llevaba colgado en el hombro con los documentos, moneda en efectivo, cheques de
viajero en francos franceses y dólares estadounidenses, cámara fotográfica,
revistas, mapas y en un maletín mediano de color azul llevaba la ropa para diversos climas y zonas
con varias mudas de ropa y zapatos, para dejarla en la “consigna” de la
estación ferroviaria cada vez que llegara, hasta conseguir habitación. Ese
debía ser mi indumentaria para los sitios del Sur como de los elegantes del
Centro de Europa (Austria, Hungría), no era lo típico del “routard”, con
morral-tapiz verde- saco de dormir-botellas de agua mineral-libro guía de viaje
gordo.
· Las únicas reservaciones de esta Parte
1 del Viaje de Verano eran en Bari, para cruzar en ferry el Mar Adriático hacia
Yugoslavia. Todas las
demás estadías y rutas las debía arreglar en el camino y en el sitio.
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Figura 3: Página del pasaporte
sellado con la visa de turismo temporal del Consulado de Yugoslavia en Lyon, Francia. |
En
esta oportunidad de inicio del verano, la obra del siglo XVIII del maestro de
conciertos y compositor italiano, Antonio Vivaldi, en el Opus 8, presenta
el texto siguiente:
“Durante la opresiva
estación, quemados por el sol, el hombre languidece, el rebaño languidece y el
árbol de pino es abrasado. El cuco levanta su voz, y uno a uno, la tórtola y el
jilguero, son oídos cantando… ”
Primera Etapa: Grenoble-Venezia
Lunes 16 de julio de
1984: Otra vez el
viaje fue en solitario, desde Grenoble, dos días después del Día de la Toma de
la Bastilla, fiesta nacional de Francia. Debía estar en la Estación “Gare” de Grenoble a las 17:35,
para tomar el tren de la SNCF a Chambéry y después el de Chambéry a Milano.
Después de unas carreras por causa del Tour
de France, debido a que ese día salía la etapa a Alpes d’Huez y que
paralizó a toda la ciudad, pude llegar a tiempo a la estación ferroviaria, una
vez que el transporte de autobuses comenzó a trabajar desde Saint Martin
d’Hères, mi lugar de residencia.
Tomé un tren que venía de España con destino a Ginebra (Suiza), me bajé
en Chambéry, esperé un cuarto de hora para continuar en un tren italiano-
francés (FS-SNCF) que iba hasta Milano. Véase en Figura 4 la ruta de 56 km desde
Grenoble hasta Chambéry, paso obligado de los trenes que van hacia Italia y
Suiza y que había hecho en febrero.
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Figura 4: Mapa de Ruta Grenoble a Chambéry en Francia, primera etapa
[3]. |
En el tren FS-SNCF ya me empecé a sentir un poco raro pues la mayoría de
la gente hablaba italiano. Me tocó sentarme al lado de unos italianos de
Sicilia, con una niña muy avispada por cierto, que se bajaron en Torino.
Primera vez que pasaba por esa ciudad de día y despierto, no le vi ningún
atractivo. Además de la fábrica de la FIAT, uno de sus atractivos es el museo
Egipcio.
En Torino aún era claro
por la época de verano. Seguimos luego de la parada corta donde se bajó
bastante gente, hacia Milano (Figura 5), un trayecto de 327 km desde Chambéry, así que
pude estirar mis piernas y dormir un rato, mientras pasaba por Novara. De vez en cuando pasaba el
Controlador a pedirme el boleto. A las 23:10 llegamos a Milano, donde tomaría
en una hora el tren hacia Venezia.
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Figura
5: Mapa de la Ruta desde
Torino a Milano, segunda etapa [4].
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La corta estadía en la Stagione de ferrovía de Milano y la
lluvia presente en el exterior me impidieron conocer los alrededores, con
excepción del enorme, y antiguo edificio del terminal de trenes, el cual me
impresionó, siendo la segunda más populosa de Italia, con tantos atractivos (Scalla de Milán, por ejemplo), que pensé
en quedarme esa noche en Milano y salir al día siguiente a Venezia, pero era
muy tarde para buscar alojamiento barato y no tenía muchos días disponibles
para tomar el ferry a Dubrovnik en Bari, así que regresé al Terminal.
Martes 17 de julio de 1984: Este trayecto hacia Venezia (Figura 6) es también
largo como el anterior (265 km), me monté en un vagón para no fumadores a las
0:00 horas. Había un italiano comiendo galletas de chocolate con cerveza o “birra”, cinco minutos más tardes el tren
partió como estaba previsto en mi ficha de horario, cosa extraña en el
transporte ferroviario italiano. Seguí durmiendo, pero a cada rato llegaban los
controladores a despertarme. Al compartimiento llegaban y salían personas y
creo que después de Verona (ya había
pasado por Bérgamo y Brescia)
me quedé solo.
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Figura
6: Mapa de la Ruta
Milano a Venezia, tercera etapa [4].
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El paso por Vincenza y luego Padova fue lo que me despertó y luego seguí durmiendo, hasta llegar
el tren a la Stazione Santa Lucia o
Venezia-Terminus, yo estaba dormido y me desperté media hora después. Salí
corriendo del vagón. îEran las 5 de la matina
y estaba claro!. Me lavé en uno de los baños de la estación, luego dejé en la
consigna el maletín de viaje y al salir me impresionó primero encontrarme al “gran canale” frente a mí y segundo, la
cantidad de gente durmiendo en el piso, entre el canal y el terminal de trenes
(Figura 7), ya estaba amaneciendo. Habían como 50-60 personas con su saco de
dormir, su moral y su tapiz plástico verde
“blanket” viajero. Parecían
damnificados.
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Figura
7: Vista del Gran
Canale atestado de temporadistas
“routards” durmiendo
frente a la Stazione
Santa Lucia, de Venezia
|
Enseguida pensé que iba a ser bastante
difícil conseguir hotel. Como era muy temprano, me fui a caminar por los
pasajes (fondamenta), calles y
puentes de esta ciudad. Ya a las 6 de la mañana los primeros gondoleros
comenzaban a recorrer los canales (Figura 8). Tenía mucha hambre y me comí unos
cachitos con limonada “plástica” y así entretuve mi estómago. A las 7 fui de
nuevo a la Stazione y cambié moneda
francesa por liras italianas. Comencé a preguntar en los alrededores por una
habitación sencilla, “una camera per una
personna, quanto costa?”. Los precios son elevados, la más barata costaba
23.000 lire. Luego fui a la Piazza San Marco y quedé impresionado.
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Figura
8: Los primeros
gondoleros navegan
temprano por los
canales venecianos |
Regresé a Piazzale Roma para preguntar en la Uffizio di Turismo por un
cuarto individual y fui enviado al mismo que había consultado antes, pero esta
vez me dijeron que por 20.000 lire, pues al parecer es el cuarto de servicio
habilitado para turistas. Se llama Hotel Pension Villa Rosa, queda en un callejón
ascendido a Calle de la Misericordia del barrio Santa Lucia. Dormí un rato.
Por la tarde salí a comer en una pizzería, pero, a pesar de lo
sencillo, la cuenta no bajó de las 7.000 lire. Visité luego la Basílica de San
Marco, qué lujo de pinturas y mosaicos de mármol! (Figura 9). Hay un retablo
llamado La Pala d’oro, que es una
maravilla. La vida de Jesús representada con rubíes, esmeraldas, diamantes y
todo eso cubierto o rodeado de oro. Al otro lado está el Palazzo Ducal, que
también visité (Figura 10). Había muchos turistas alrededor.
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Figura 9: Foto de postal de la Basílica de San Marco, con su bella arquitectura y sus obras de arte del renacimiento y arte antiguo. |
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Figura 10: Vista exterior del
Palazzo Ducal, el cual se encuentra cerca de la Piazza San Marco |
Luego fui a visitar el Gran Canale en un vaporetti, que es lo mismo que un autobús flotante, las góndolas
son más costosas y la usan poco los “routards” (Figura 11). Cerca hay las islas
de San Giorgio, Burano y Murano, que iba a visitar en otra ocasión.
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Figura
11: Vista del Gran
Canale frente a la Piazza de San Marco,
con
los vaporetti (izq y Góndolas (der) a
disposición de los turistas
|
Los primeros pobladores de Venezia se establecieron en el 810 DC,
huyendo de las invasiones de los bárbaros, ahora son invadidos, pacíficamente,
por hordas de turistas con cámara en mano, en lugar de la espada. Fue llamada
“Reina del Mar” [5].
Así como Roma es para Italia, la Piazza San Marco es para Venezia, todos
los canales y pasajes conducen a ese sitio de reunión monumental de los
visitantes. Al costado de la Basílica de San Marco hay la torre con el reloj
que funciona desde 1499, con unas esculturas en bronce representando a dos hombres
que manejan el campanario (Figura 12). Al regresar a la pensión en el barrio Santa Lucia por
las calles y pasajes encontré varios sitios interesantes, como cafés con
músicos tocando piezas clásicas y populares y casas pintorescas (Figura 13).
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Figura 12: Torre del reloj del
Campanil con el anuncio de las 11 horas por las figuras de bronce en la azotea |
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Foto 13: Postal con foto de
puente peatonal en pasaje de las callejuelas que conducen a Piazza San Marco y a la Stazione St. Lucia |
Por la noche salí a
caminar hacia la Piazza San Marco de nuevo, regresando a la medianoche. Al
regresar las calles está desiertas, algunas trattorias siguen “apertas”, la
soledad se hace más notable y me encamino a la pensión.
Miércoles 18 de
julio de 1984. Me
levanté un poco tarde, el día anterior estaba adolorido de los pies. Después de
tomar la ducha y la colazione, salí a
reservar el tren del día siguiente y llamar a un amigo en Peschici, fui a la posta y luego tomé un vaporetti hacia la isla de Murano, famosa por la industria
vidriera, la cual se ha orientado últimamente a seguir el gusto de los
turistas. Hay figuras de la pantera rosa, de Pluto, los Pitufos.
Las construcciones son
parecidas a las de Venezia, pero modestas. La gente que viene de grandes
ciudades se siente tranquila al notar la ausencia de vehículos en estas islas y
en Venezia. Hay algunas iglesias como la de Santa María y San Donato (Figura
14) y hay cementerios. No es casualidad
de haber visto allá una cantidad de turistas venezolanos, alguna compra de
artesanía hice.
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Figura 14: Vista de las
iglesias de Santa María y San Donato en la isla de Murano, destacando sobre las modestas edificaciones de la isla |
De allí tomé otro vaporetti para regresar a la Piazza San Marco, desde donde tomé otro
para ir al Lido di Venezia. Aquí ví
por primera vez en dos días un carro, a pesar de ser una isla más pequeña que
Venezia. Es el balneario de Venezia, ya que del otro lado está el mar
Adriático, así que me fui a tomar el sol (oh
sole mío, como dice la canzone),
un poco decaído a las 4 de la tarde, estuve allí hasta las 6 de la tarde. Hay
también un casino, pero no me interesó conocerlo. Regresé de nuevo a Piazza San
Marco y esta vez me subí en la Campanile, que es una torre de alrededor de 100
m de altura al lado de la Basílica (Figura 15), donde la vista de la cittá es
total, solo que hay que pagas 1.200 lire. Luego seguí caminando hacia el
Rialto, continuando el camino indicando ←PIAZZALE
ROMA y ←S. FERROVIA, me paré en una
trattoria, aunque me había prometido no hacerlo por los precios elevados.
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Figura 15: Vista del Campanile, torre de mirador al subir las escalinatas hasta la Azotea para mirar Venezia |
Ahí pedí una pizza capricciosa y una birra. Qué aburrido es comer sólo cuando hay bastante gente
alrededor! Seguí caminando por esos callejones sorprendentes y solitarios de
Venezia, siguiendo las flechas señalando
a Piazzale Roma y S. Ferrovia. De vez en cuando probaba un
gelato differenti, los italianos son
unos artistas ahí. Una vez en la Stazione,
seguí caminando, pues no había otra qué hacer de noche y regresé luego a la
pensión. La dueña habla varios idiomas, el español, entre ellos, le pedí me
despertara a las 6 de la mattina.
Jueves 19 de julio
de 1984: Una hora
después de despertarme salí de la pensión hacia la
Stazione S. Lucia, pero
el tren que iba a tomar era de primera clase solamente. Esperé otro que iba
hacia Rimini, pero yo me quedaba en Bologna. Antes que el tren saliera, me
senté en las escalinatas que dan al Gran Canale a contemplar los vaporetti y
las góndolas pasar. Me puse a conversar con unas francesas que venían de Rumania
y seguían hacia Firenze. Eran de Bordeaux (Burdeos).
Llegó la hora de tomar
el tren a Bologna (Figura 16) y me instalé luego en un compartimiento para ocho personas.
El viaje duró casi dos horas y media, pues el tren se retrasó en la Stazione
Mestre, al salir de Venezia. En el trayecto de 174 km hasta Bologna estaba
pensando en cambiar el destino a Firenze, pues Ancona no tenía casi ningún
atractivo, aparte de ser puerto y tener algunas playas y Firenze en cambio, me
ofrecía muchos sitios que visitar, que en el invierno pasado no pude visitar y
sólo dí una ojeada, pero me fijé que en Firenze la vida es tan cara y los cupos
escasos como en Venezia y todos los trenes conducen a Roma, por lo que abandoné
la idea y me fui corriendo al binario 1 (vía 1), donde el tren a Ancona estaba
a punto de partir. Me metí en un compartimiento donde había solo un puesto
libre. Eran las 12 del mediodía cuando el tren partió.
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Figura 16: Ruta del trayecto
ferroviario entre Venezia-Bologna-Rimini-Ancona-Pescara
-Cuarta
etapa del viaje [4] (Bologna está al Occidente de Ferrara y Pescara al Sur de Ancona)
|
Al rato me puse a balbucear un poco de Italiano con unas muchachas que
venían de Genova e iban a un pueblo llamado Santa Maria di Lecce, en el extremo
sur del talón de la bota italiana, por el sepelio de un tío. Ellas me dieron la
idea de continuar hacia Pescara, que se presentaba atractiva y más grande que
Ancona y Rimini. En el tren pagué al controlador el suplemento para llegar
hasta Pescara pero me quedaron apenas 100 lire (0,5 FF). Una tía (hermana del
difunto) acompañaba a Silvana y Maria Luissa y éstas la calmaban de vez en
cuando. Aprendí un poco de italiano y ellas preguntaban más que un periodista.
Pasamos por Rimini, Pesaro, Fano, Ancona, ciudades y pueblos en la orilla del
mar Adriático, que se veía limpio y bueno para sumergirse. Hay estaciones
turísticas en el largo trayecto de 375 km desde Bologna.
Finalmente llegué a
Pescara a las 6 de la tarde (sera). Lo primero que hice fue ir a l’Uffiizio de
Turismo a buscar un cuarto barato, luego ahí mismo me enteré del festival
internationale de Jazz y esa noche se presentaba Chick Korea entre otros
atractivos, artista que ya conocía hacía dos anos. Me instalé en un hotel cerca de la Stazione Centrale de Pescara,
pero con una maleta que se hacía cada vez más pesada, parecía interminable el
camino, el precio del hotel ristorante
“Pescara” (Figura 17) es completamente inferior al de Venezia.
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Figura 17: Carta Postal del Hotel-Ristorante Pescara, en la Piazza Duca D’Aosta |
Fui a comer a una
trattoria manejada por un italiano que estuvo viviendo 20 años en Caracas y
conversamos un rato. Más tarde me fui al lugar del festival (Parco de Naiada) a
ver el espectáculo de Jazz, luego del concierto de Chick Korea y su grupo me
sentía cansado y me fui al albergo, eran las 11:30 de la noche.
Viernes 20 de julio
de 1984: Luego de
haber tomado una ducha (aquí no cobran por ducharse), salí con la intención de
visitar o conocer la zona alrededor del Gran Sasso, pero las agencias de viajes
de Pescara tienen muy pocas excursiones hacia allí, así que decidí quedarme.
Fui a la playa del corso Umberto, para tomar un poco de sol y leer un rato, Me comí en el almuerzo dos pizzas pequeñas, no hay mucha variedad
gastronómica. Aquí es notable lo grande que son las agallas de los dueños de
ristoranti y trattorie para desvalijar a todos aquellos con pinta de
extranjeros. La mejor solución es comprar en un negocio pequeño el pan, salami,
mortadela, jamón o queso y una bebida gaseosa. Hace falta hacer un viaje con
otra persona para compartir gastos y habitación doble.
Por la tarde anduve de
tiendas buscando un suéter, pues el que llevaba lo perdí en Venezia. Las noches
son un poco frías y también es necesario para entrar en un espectáculo. Esa
noche fui a ver una representación de la ópera Tosca, de Giácomo Puccini, en un
teatro al aire libre al lado del obelisco en honor a Gabriel D’Annunzio, poeta
nacido en Pescara. La obra se realizó en tres actos y a pesar de no saber gran
cosa de italiano, la pude seguir sin mucha dificultad. En cada acto había
cambio de escenario, el cual era bastante bien hecho.
Como no había autobús
después de la mezzanotte, hora de terminación de la Obra, unos italianos que estaban
al lado me llevaron al Hotel.
Sin las presentaciones
líricas ni el festival de teatro, los cuales son accesibles con poco dinero,
unos 30 FF, Pescara no hubiera sido interesante, ya que es una nueva
ciudad, fundada después de la segunda guerra mundial, con muy pocos edificios y
parques interesantes. Los alrededores sí son atractivos.
Sábado 21 de julio
de 1984: Fui temprano
al correo (Posta) y luego a la Stazione para tomar el tren de las 9:05 hacia
Bari. Es notable la facilidad del viaje en tren. Todas las poblaciones, sean
grandes o pequeñas, tienen acceso a las grandes capitales de Europa y a los
pueblos más apartados de este continente. El turista puede bajarse donde le
provoque y continuar la ruta perseguida luego.
El tren que tomé venía
de Suiza e iba a Lecce, más allá de Bari. La ruta del tren (Figura 18) indica
un recorrido de 300 km hasta Bari en un tren de la FS. El paisaje a lo largo
del trayecto es marino.
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Figura 18: Ruta del trayecto
ferroviario entre Pescara-Foggia-Bari – Quinta etapa del viaje por Italia [4] |
El mar Adriático se nota tranquilo, hay algunas
estaciones turísticas, siembras de uvas por todos lados y pueblos a cada rato.
Me tocó ir parado la mayor parte del tiempo pues los compartimientos venían
llenos o reservados en su mayoría.
La impresión que tuve
de Bari al llegar es de una ciudad pobre o con mucha miseria, pues hay ladrones
por dondequiera. No me fue posible conseguir un mapa de la ciudad, ya que la uffiicia
di siggiorno estaba cerrada hasta las 5 de la tarde. Las siestas en
el Sur de Italia son sagradas. Me comí unos panes rellenos con carne y con zucco de aranciatta, para aliviarme un
poco del hambre que estaba alcanzando niveles alarmantes. Luego me fui a
caminar hacia lo que llaman la vecchia
città, las calles estaban desiertas, de vez en cuando pasaba un carro con
el equipo de sonido a todo volumen, lo que me recordó a Maracaibo.
Visité el Castello de
Bari, edificación antigua, donde había una exposición de pinturas de la Edad
Media o del Renacimiento que habían sido restauradas. Luego fui y me metí en
las viejas calles, que son estrechas y llenas de colorido, cuerdas para colgar
ropa por todos lados (Figura 19) y una cantidad de gente con apariencia de
pobreza. Varias personas me recomendaron de agarrar bien el bolso pues hay
“motti ladroni”. El Duomo o catedral
de Bari es una edificación rica en detalles exteriores. También entré en la Chiesa San Niccola, donde está la tumba
del santo preferido de todos los niños. Por cierto, al salir de allí, se estaba realizando una boda.
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Figura 19: Vista de callejón de
viviendas de dos y tres pisos alrededor de las 5 de la tarde con amas de casa sentadas en el frente |
Salí de la iglesia con mi bolso bien agarrado, tomé algunas fotos de la cittá amurallada (Figura 20) y me fui
luego a la Stazione de trenes, luego que me comí la primera comida decente del
viaje, pues no sabía lo que me esperaba en la siguiente etapa de la travesía
del mar Adriático al día siguiente.
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Figura 20: Puerta de la antigua
muralla de la ciudadela con vista al mar Adriático al fondo. |
Tercera Etapa: Bari-
Dubrovnik
Busqué mi maletín o bolso grande en la Stazione y me encaminé al
puerto para tomar el ferry a Dubrovnik
a las 10 de la noche. Subí al vapor Tintoretto
a esa hora y a las 11 ya estábamos zarpando. La butaca que me asignaron era
bastante cómoda y pude dormir tranquilo esa noche. El trayecto marítimo iba a
ser de alrededor de 200 km [4] y el trayecto más corto a Dubrovniik y la costa
Adriática yugoslava (Figura 21).
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Figura 21: Rutas de acceso a
Dubovnik [6] |
Domingo 22 de julio
de 1984: Me desperté
a las 6 de la mañana, fui a la proa del barco y luego tomé la colazione. A las 7:30 el barco se estaba aproximando a las
costas de Croacia y Dubrovnik dentro
de la provincia de Dalmacia y se veían los primeros islotes (Figuras 22 y 23). Antes
de desembarcar debía llenar el formulario de entrada a la República Federativa Socialista de Jugoslavija. Luego estuve
hablando con un brasileño de origen japonés llamado Francisco. Estaba de viaje
solitario también y había realizado un diploma de especialización en Torino,
Italia. Iba a otro sitio menos conocido que Dubrovnik, no era la primera vez
que él venía.
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Figura 22: Vista de la costa
yugoslava. En primer plano los islotes de Hvar,Korčula y Mljet, detrás las montañas del Territorio |
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Figura 23: Acercamiento a los
pueblos de la costa Adriática en Croacia, en primer plano Dubronik y sus alrededores |
Al desembarcar en el
puerto y pasar por la aduana, una muchacha rubia como de 12 años de edad, me ofreció
una habitación en su casa por 500 dinar (1 FF= 16 dinar). Su madre estaba un
poco más allá esperándola. Para mí fue una sorpresa, esperaba ir a la oficina
de turismo primero, pero acepté la oferta, que Francisco me había explicado en
el trayecto acuático, sobre los precios normales en casa del paisano. La señora
no habla nada de inglés ni menos francés ni español. Su hija habla inglés y es
la que lleva los clientes. Su casa queda cerca de la estación portuaria, por
eso nos fuimos a pie con el equipaje.
Es una familia humilde
de obreros yugoslavos que necesitan alquilar
cuartos en las temporadas turísticas. Me sirvió enseguida al arribo té
(le dije que el café me hacía mal), galletas dulces y estuvo muy amable
conmigo, me presentó su esposo y su otro hijo, que trabaja en un hotel y habla
cinco idiomas. Una vez que tomé una ducha con agua tibia, salí hacia la vieja
ciudad de Dubrovnik. Es una ciudadela
amurallada (Figura 24), de estilo veneciano, muy bien conservada, de la Edad
Media. Sus calles son estrechas y sus casas son altas, con edificios preciosos
y una muralla la encierra (Figura 25). Hay museos de peces,
de historia de la revolución socialista, de historia antigua, exposiciones de
pintura, conciertos, teatros, restaurantes con espectáculos, tiendas de
artesanía (manteles bordados), iglesias [7]. Me lo pasé todo el tiempo entre sus
murallas, al principio.
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Figura 24: Entrada Principal o
Puerta de Pile, a la Ciudadela medieval de Dubrovnik,
en Día domingo en verano |
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, Figura 25: Dentro de la vieja ciudadela había bastantes turistas de la Europa tanto Oriental como Occidental |
Dos cosas se ven en la
mayoría de las casas y establecimientos comerciales: la bandera de Dubrovnik,
roja, con la leyenda Dubrovik/ Libertas,
cuyo texto completo dice: “Non bene
pro toto libertas venditur auro” (La libertad no se vende por todo el oro
del mundo”. Y la foto del Mariscal Tito, persona más querida de esta
nación.
Es curioso, pero
mientras estaba escribiendo unas postales vinieron dos muchachas a sentarse al
lado y se pusieron a conversar. Luego nos presentamos y conversamos un rato. La
más bonita me recomendó que conociera las islas alrededor de Dubrovnik, dándome el itinerario a
seguir. Ella partiría a Canadá el martes siguiente. Me impactó la manera de
indicarme qué debía conocer y cuándo. Más tarde salí a buscar información sobre
excursiones y pasé por la casa donde estaba hospedado.
Regresé en la noche a
la vieja ciudadela de Dubrovnik, donde estaba la mayoría de turistas de todos
lados. Comí en un self-service que al parecer es financiado por el Estado.
Había muy pocos turistas. A pesar de haber más de 300 millones de
personas que hablan el castellano, es muy poco hablado o tomado en cuenta en
esta región de Europa. Ahí el italiano ocupa un lugar más importante debido a
que es vecino a través del mar Adriático. Eso sí, es esencial saber el inglés.
Las calles y callejones del viejo Dubrovnik
son un laberinto, como en Venezia. Hay una diversidad de detalles
arquitectónicos en cada pasaje [7]
o esquina (Figura 26). La gente de esta ciudad es muy simpática y las mujeres
bellas y bien formadas la mayoría.
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Figura 26: Vista de Dubrovnik desde las murallas de la
ciudad antigua, hay casas de dos y más pisos [7] |
Pero no había
excursiones sino para la isla de Korčula,
al frente de la primera. Me metí en una excursión de un día completo hacía esta
isla, pero por una confusión perdí el ferry y me tuve que ir con otra compañía
después de hablar con la agencia contratada. El tour era el mismo, pero esta
compañía incluía además la isla de Mljet
antes de llegar a Korčula (se lee
córchula). El paseo comenzó a las 9:30, la embarcación iba llena de turistas
alemanes y estadounidenses en su mayoría pero también había uno que otro
turista francés o italiano. Hasta el momento me he llevado mejor con los
sajones que con los latinos.
El paseo empezó por la isla Mljet,
donde vimos el monasterio benedictino Santa María, del siglo XII (Figura 28), y
luego seguimos un camino bordeando dos pequeños lagos unidos en el centro de la
isla, de agua salada, extraordinariamente limpia y clara, con tonalidades
turquesa y azul. Después nos embarcamos en un pequeño bote para dar una vuelta
al segundo lago y llegar a un sitio (Figura 27) donde almorzamos en un ristorante los de la excursión, una
sabrosa carne con frijoles y algo parecido a las…carabinas merideñas que hacía mamá y una bebida con jugo de durazno combinado
con agua mineral gasificada, diferente de la Coca-Cola.
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Figura 27: Sitio del lago
donde almorzamos |
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Figura
28: Vista del
Monasterio benedictino Santa María, siglo XII,
desde el lago interior de la isla Mljet.
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Navegamos luego hacia Korčula, que también tiene sus murallas y gran
influencia veneciana (Figura 29), además de museos, iglesias antiguas, y según
la guía del tour fue el lugar donde nació Marco Polo (Figura 30)
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Figura 29: Vista de torres de la
muralla en la Isla de Korčula, herencia del dominio de los venecianos en Dalmacia |
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Figura 30: Vista de iglesia y
casa natal deMarco Polo, detrás |
Al caminar por las
calles de Korčula se nota el parecido con Venezia, los venecianos mandaron allí
por una época. Los arcos de la ciudad de Korčula son espectaculares, así
como las gárgolas (Figura 31). Allí
probé un vaso de
vino de uva
con agua mineral
gasificada, especial para el calor del verano.
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Figura 31: Vista de gárgolas
venecianas en edificaciones antiguas en la isla de Korčula [7] |
Ya en Dubrovnik a las 18:30,
finalizó la excursión, En la noche fui al Festival de Verano que se celebra en
uno de los fuertes de la antigua ciudad. Se presentaron música y danzas de
todos los países que componen Yugoslavija:
Serbia (Beograd), Slovenia (Ljubljiana), Croacia (Zagreb), Bosnia-Herzegovina (Sarajevo), Macedonia (Skopje), Kosovo (Priština) y Montenegro (Titograd). Al final del festival estuvieron a la venta cassettes de los
grupos folklóricos Dovar Večer y Pjesme I Plesovi (Figura 32).
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Figura 32: Carátulas de Cintas
de Música y Danzas Folklóricas de la república Federativa de Yugoslavia |
Martes el 24 de
julio de 1984: Fui a
reservar pasaje ferroviario hacia Skopje
pero estaban agotados los boletos, tomé el boleto de transporte terrestre hacia
Titograd (Montenegro), que no es una ciudad interesante según el mapa Michelin [5]. Pero aproveché la mañana para ir a
la playa del islote Lokrum, frente a la vieja ciudad de Dubrovnik. Hay unas lanchas que salen cada media hora. Las playas
son de aguas cristalinas pero no arenosas, hay muchas piedras grandes y
vegetación en el fondo. La temperatura del agua es agradable, ni muy fría ni
caliente. Algunas turistas practican el nudismo. Más tarde almorcé en el Self
Service frente a una plaza, repetí el plato de la noche anterior: Salchichas
con frijoles en una sopa. Por la incertidumbre en los medios de transporte
no usé el mapa Michelin [6] sino para consulta puntual.
Cuarta
Etapa: Dubrovnik- Thessaloniki
A las 3 de la tarde
estaba saliendo hacia el terminal de autobuses, le pagué a la señora de pensión
y les tomé una foto a ambos (Figura 33). Fueron muy gentiles, El sistema de
trasporte por autobuses es parecido al de Venezuela, cuando llega el autobús al
andén toda la gente sale corriendo a agarrar el mejor puesto.
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Figura 33: Foto de despedida de
los dueños de la pensión en Dubrovnik, Croacia |
En el recorrido
hacia Titograd hay algunos paisajes
bonitos, sobre todo, cerca de Trebinje
(Figura 34). Luego nos paramos en Nikšić, allí estuve con un iraquí de nombre Zelam, quien es
estudiante en Yugoslavia. Al parecer la gente es muy
cerrada a los extranjeros, en Dubrovnik, como sitio turístico, es diferente. Con ese
árabe y otro que lo acompañaba hice llave al bajarme en Titograd, luego de un
recorrido desde Dubrovnk, de 158 km, para tomar el autobús o el tren a Skopje, pues ellos hablaban
serbio-croata. Fuimos a la estación de trenes y conseguí boleto para Skopje (Macedonia) y ellos para Niš
(Serbia). Pero por estar siguiéndolos me metí en los vagones a Niš, que no
llevan el mismo rumbo que los de Skopje. Los primeros van hacia Sofía
(Bulgaria) y los segundos, hacia Thessaloniki (Grecia).
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Figura 34: Vista del paisaje
montañoso en la ruta cerca de Trebinje (Croacia) |
Estábamos en primera
clase y cuando vino el Controlador, me quería cobrar el suplemento y yo, que
estaba bravo con estos árabes, me salí a la zona de segunda clase. Ahí conocí
un muchacho que habla el inglés y que al final me cedió su asiento y él se
acostó a dormir en una de la repisas
para colocar el equipaje. Éramos nueve personas
en el cuarto. Un señor de edad mediana entre los ocupantes, se puso a
cantar rancheras mexicanas en su lengua.
Miércoles el 25 de
julio de 1984: El servicio de trenes yugoslavos es uno de los más malos que yo he
conocido. No hay un esquema de los trenes que salen y que llegan, de las
principales líneas y sus horarios tampoco y los vagones son sucios por dentro.
Llegamos a Niš a las 7 de la mañana, luego de un recorrido desde Titograd, de
416 km, el más largo desde el inicio, habernos cambiado de vagón, pues la parte
de atrás se iba a despegar. Apenas llegué a esa estación, tuve que lanzarme a
correr a tomar un tren que estaba tres vías más a la izquierda. Muy poca gente
habla inglés en esta región de Serbia, la cual contrasta por su pobreza en
general. Luego de acomodarme en un compartimento casi vacío, pues tenía un
sueño perenne, fui despertado por un operador alrededor de la 8 de la mañana,
para tomar un autobús ya que el tren tenía una falla. No recuerdo la Estación,
pero es un pueblo pequeño. Enseguida llegó el autobús y todo el mundo nos
metimos como pudimos. Afortunadamente conseguí un puesto.
Después de tomar
diversas carreteras y calles empantanadas, el autobús nos dejó en un sitio donde unos
vagones de tren
esperaban. Salimos corriendo al tren, donde había
varios compartimientos vacíos. La
mayoría de la
gente que viene
son campesinos,
obreros y alguno que
otro aventurero de verano, como yo. Finalmente al mediodía llegó el tren a Skopje (CKOΠJE, en macedonio), o sea, luego
de un recorrido de 197 km desde Niš, hice 15 horas de viaje entre Titograd
(Montenegro) y esta ciudad de Macedonia. La Estación de Trenes es bastante
moderna, y aunque todo está escrito en lengua macedónica, todo está completo de
las salidas y llegadas a la estación.
Es frustrante llegar a
un restaurant y ver un menú donde no se entiende nada. Por ejemplo, para decir
“International train tickets and
reservations”, en la lengua macedónica se dice: “MEΓЎHAPOΔHA БΛAΓAJHA
N PE3EPBAЏИИ”. La lengua croata
hablada en Dubrovnik es más
comprensible. Por eso, tuve que comerme casi un pollo completo en el restaurant
de la Estación Ferroviaria de Skopje
al llegar, pero a pesar de tener casi 24 horas sin probar bocado, no pude
comérmelo completo. Para descansar un poco de estar sentado, salí a recorrer la
vieja ciudad, encontrando un distribuidor de tránsito a la salida (Figura 35).
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Figura 35: Vista de la vialidad
de Skopje en La entrada de la ciudad y la señalización de tránsito y detrás una mezquita |
Es increíble la huella que dejaron acá los turcos en el país de Macedonia. Hay
más de media docena de mezquitas y en el barrio turco hay muchos bazares y
casas en la parte superior, con sus calles estrechas y un montón de gente
caminando por todos lados (Figuras 36 y 37).
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Figura 36: Vista de la zona de
mercado dela villa en el centro de la ciudad y detrás la Mezquita que es difícil ocultarla de día |
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Figura 37: Vista de calle de
acceso al centrocon mucha circulación de gente de diversos rasgos físicos y vestimentas |
Es como si estuviera en Istambul,
en Turquía, me imagino. Me conseguí en la calle con unos tipos simpáticos que venden unos pedazos de cal o yeso para
frisar paredes (Figura 38). Me demostraron como se desintegraban al echarle
alcohol o agua. Luego intenté entrar en una mezquita, pero estaba cerrada. En
general, la gente en eta ciudad me pareció cerrada, lo
contrario de Dubrovnik. Esta no es
ciudad turística, tuve que caminar mucho para conseguir dos cartas
postales.
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Figura 38: Los macedonios
vendedores de cal que me sorprendieron con su hospitalidad por su simpatía |
Antes de la partida del
tren desde Skopje, conocí un polaco
que estuvo viviendo en Colombia y en el Perú. Me preguntó de dónde era y ahí
comenzamos la conversación. Ya como a las 11, salí rumbo a Thessaloniki (Salónica, en español), ciudad capital de la Macedonia
griega, en el norte de Grecia, en un tren directo de la DB alemana. Estaba
cansado, si no agotado por el viaje anterior. Este día ha sido matado. Mañana
debería descansar. El recorrido del tren desde Skopje era de 241 km según el mapa [6]..
En el tren me tocó compartir con tres muchachos yugoslavos: dos
muchachas de Beograd: Jasmjn y Gorica y un muchacho de Niš: Dragan. Los trenes
alemanes de la DB son mucho más cómodos. Acomodamos los asientos de tal forma
que hicimos tres camas donde cabíamos cuatro. Muy simpáticos y gentiles
estuvieron ellos. Ellos seguirían a Katérini
(KATƐΡΪVИ), al Sur de Thessaloniki .
Jueves el 26 de julio de 1984: Estuvimos echando broma con el pasaporte, pues
a cada rato el Controlador lo pedía a una persona diferente. Uno de ellos
preguntó quién era el que aparecía en la imagen de las hojas de mi pasaporte
(Simón Bolívar). A las 5:35 de la mañana el tren llegó a Thessaloniki (ƟƐƩƩAΛOИIKH), pero aquí el tiempo está adelantado una
hora respecto del de Italia y Yugoslavia y en realidad eran acá las 06:35. Ya
llevo dos noches sin quedarme en hotel o pensión sino metido en buses y vagones
de tren. El pelo lo tengo desastroso. Necesitaba un champú anticaspa efectivo.
Aquí termina la Primera Parte del viaje, con un recorrido acumulado de 2.709 km hasta Thessaloniki, en once (11) días de
recorrido desde Grenoble, Francia, por Italia y Yugoslavia (escudos debajo para coserlos algún día en una chaqueta).
.
Mejores
Prácticas y Lecciones Aprendidas
Luego
de esta experiencia de hace casi 33 años, cuando era estudiante, soltero y sin
compromiso, ya formado como viajero en las anteriores temporadas de invierno y
primavera, he sacado nuevas mejores prácticas y lecciones de este viaje de
largo alcance que apenas cubre la tercera parte del proyecto de vacaciones de
verano, como conclusión:
1 . Como buenas prácticas estuvo la
preparación con anticipación de los documentos de viaje, las solicitudes de
visas y las reservaciones de ferry en el mar Adriiátco para llegar a Yugoslavia
Occidental (hoy Croacia), dejando suficiente tiempo para el recorrido por tren
para conocer Venezia, Pescara, Bari en Italia y continuar por el Sur y Centro
de Yugoslavia para arribar a Salónica, en Grecia, inicio de la Parte 2 del
viaje de vacaciones de verano, atravesando los países de Croacia, Montenegro,
Serbia, Kosovo y Macedonia, después de varios imprevistos por la precariedad
del transporte ferroviario yugoslavo.
2. Lecciones aprendidas hubo varias, la
principal es la inconveniencia de hacer u viaje de esa envergadura, sobre todo
en territorio yugoslavo, solo, sin un grupo o compañero o compañera con quien
hubiera podido reducir gastos en hospedaje, alimentación y transporte y estar
protegido en eventuales pasos a riesgo en los territorios que aún no estaban en
conflicto (Kosovo, Serbia, Macedonia).
3. La buena práctica de la oficina de
turismo para buscar habitación funcionó en Italia, más no en Yugoslavia, debido
a la situación de precariedad socio-económica en Croacia, junto a la poca
variedad de restaurantes, al lado de los grandes establecimientos hoteleros y
circuitos de paseos y excursiones, para el turismo de alta renta.
4. Las condiciones de vida en las
ciudades de gran renombre como Venezia son de un alto costo, lo que obligó a
hacer comidas básicas, con excepción de las que se hicieron en la pensión y
fuera de Venezia. No era factble incluir a Firenze por la misma razón de
carestía de alojamiento y alimentación.
5. Fue un acierto haber seleccionado a
Pescara, una ciudad mediana en la costa adriática donde el alojamiento y la
alimentación eran de calidad regular y a menor costo, además de la variedad de
atractivos que habían para el turista. Bari, en cambio, era una ciudad de paso
para tomar el ferry de cruce del mar Adriático y de alta peligrosidad por la
pobreza de los barrios alrededor de la zona antigua amurallada.
6.Las condiciones de salubridad y aseo
de las habitaciones en Italia siguen siendo deficientes, en comparación con las
conocidas en España y Francia incluso en Croacia.
7. Del turismo en las islas cercanas a
Venezia, se ha visto una pérdida de la originalidad de los diseños de arte
murano en las islas Murano y Burano, complaciendo los gustos de los visitantes
influenciados por los medios de TV y Cine de Holliwood y de las tiras cómicas
norteamericanas.
8. Dubrovnik es un gran centro turístico
para todos los tipos de viajeros que lo visiten, combinando atractivos
artísticos e históricos como la gastronomía local, la música y danzas
folklóricas de la nación, pero en gastronomía para los viajeros con mochilas,
la única opción era la cadena de restaurantes estatales ofreciendo los platos
de la región a un precio asequible.
9. Fuera de los pueblos y ciudades de la
costa adriática, el viaje se convierte en una aventura, por la precariedad del
sistema ferroviario y de autobuses serbio-croatas, con excepción de los trenes
alemanes (DB).
10. Hay una similitud con Venezuela con
las condiciones de transporte terrestre en Yugoslavia sin asignación de puesto
a cada pasajero y en la inseguridad y falta de atención al visitante en zonas
turísticas de Pescara, Bari, Titograd, Skopje, donde pasé por poco tiempo.
11. Es necesario desarrollar en Venezuela
una flota de autobuses hacia las ciudades turísticas a lo largo de la costa
caribeña que sea seguro y permita un servicio especial para visitantes propios
y de otros países, mientras se restablezca un estado de derecho y calidad de
vida general, se recupere la integración nacional y la reorganización de la
Policía Estadal y Guardia Nacional.
Referencias:
[1] Philippe
Gloaguen, Michel Duval, “Le Manuel du Routard 1984-85”.
Hachette, Paris, France, 1984
[2] Philippe Gloaguen, Michel Duval, “Le
Guide du Routard Italie-Autriche 1983-84”. Hachette, Paris, France,
1983.
[3] MICHELIN, Mapa France Sud 990, PNEU
Michelin, Paris, France, 1982
[4]
MICHELIN, Mapa Italie / Italia 988, PNEU Michelin, Paris, France,
1983
[5]
Storti Guias. Venecia Reina del Mar, Edicione Storti, Venezia, Italia,
1972-1978-1983
[6] MICHELIN, Mapa Yugoslavie / Yugoslavia 991,
PNEU Michelin, Paris, France, 1983
[7] Anuška Novaković. DUBROVNIK et ses Environs, Histoire, Culture et Art,
Bibliothèque Monographie Touristique, Editeur: Privredni Vjesnik, Zagreb, 1984.